Han pasado 100 años desde que Walt Disney creó The Walt Disney Company, el gigante de la animación 2D. Personajes originales como Mickey Mouse, Pato Donald y Goofy ayudaron a hacer del estudio un titán de la industria, y largometrajes como Blancanieves y los siete enanos, Cenicienta y La bella durmiente consolidaron su influencia en taquilla.
Para cuando llegó el 100 aniversario de esos dibujos animados originales, la empresa se había disparado hasta convertirse en una gigantesca corporación propietaria de muchas otras marcas (desde Marvel Studios hasta Pixar y Lucasfilm). En caso de que te lo hayas perdido, Disney ahora tiene los títulos de tantas propiedades intelectuales que podría hacerte girar la cabeza: Star Wars, Indiana Jones, X-Men, Avengers, Los Muppets, Mary Poppins, Los Simpson y la lista sigue y sigue.
Y para celebrar esos 100 años de adquisición de propiedades intelectuales para construir su "Reino Mágico", el estudio recientemente estrenó Wish: El poder de los deseos (que ya puedes disfrutar en las salas de Cinépolis y Cinemex), una película animada que cuestiona la condición moral respecto a la acumulación de propiedades intelectuales y por qué lo único correcto que los gobernantes de un reino mágico deben hacer es devolverlas a sus dueños originales.
La nueva película animada de Disney cuestiona su propio poder
La protagonista de Wish, Asha (Ariana DeBose), aspira a ser la nueva aprendiz del Rey Magnífico (Chris Pine), pero casi de inmediato descubre que él no es un gobernante benevolente. En realidad, está haciendo una estafa. Adquiere las ideas y los sueños de sus ciudadanos y no tiene intención de dejar que la mayoría de ellos se beneficien de la transacción. Solo un pequeño número de la gente de este reino ve que sus sueños se hacen realidad, e incluso en esos casos, sus sueños están corrompidos para apoyar el régimen del rey Magnífico.
Tan malo o peor, ya que el resto de los ciudadanos ya no poseen sus sueños personales, no pueden perseguirlos por sí mismos. Viven vidas huecas y vacías porque sus fantasías fueron compradas por un tirano que se preocupa más por las adquisiciones que por la gente real. En el transcurso de Wish, Asha se une a una estrella mágica de los deseos para revelar el plan del Rey Magnífico y comenzar una rebelión. Quizá la única manera de detenerlo es redistribuir cada pieza de propiedad intelectual a sus creadores auténticos y originales.
Por muy nobles que hayan sido las intenciones de Disney cuando comenzó la compañía, Wish, dirigida por Chris Buck y Fawn Veerasunthorn, argumenta que Disney se ha corrompido y que las personas que actualmente dirigen la compañía no pueden ser las adecuadas para salvarla. En ese sentido, Wish no es la primera película de Disney que es explícitamente anti-Disney o, por lo menos, autocrítica de su propia condición.
La versión de Tim Burton de Dumbo está protagonizada por Michael Keaton como V.A. Vandervere, el propietario de un parque de atracciones llamado Dreamland. Vandervere ha comprado los talentos de los grandes artistas, e incluso compra el propio elefante volador Dumbo, pero la película solo termina felizmente cuando los trabajadores de Dreamland se rebelan contra Vandervere. Burton más tarde confirmó que, con respecto a esa película, "Yo era el mismísimo Dumbo" y la película es "bastante autobiográfica a cierto nivel".