En 2018, diferentes estudios y plataformas pusieron su atención en Carl Erik Rinsch, un director que recién había hecho su debut con 47 Ronin, una película de samurais protagonizada por Keanu Reeves, que pasó desapercibida entre el público. Sin embargo, el director anunció un proyecto de ciencia ficción demasiado ambicioso que atrajo de inmediato la atención de todos, especialmente del tío Netflix.
El director afirmaba que se trata de una joya cinematográfica y en un inicio, financió la producción con sus propios ingresos, pero debido a su ambicioso guion, hacía falta una nueva entrada de dinero. Fue así como la estrella de Matrix y John Wick, quien se volvió un amigo íntimo de Rinsch, decidió convertirse en el productor ejecutivo, pero su participación no sería suficiente para concluir el proyecto.
Después de una ardua lucha entre Amazon, Apple, HBO o Hulu, Netflix fue la compañía victoriosa, adquiriendo el título a 61,2 millones de dólares, de acuerdo con un informe de Variety. A pesar de la fuerte inversión de la plataforma de la N, Rinsh no entregó ningún episodio, aunque había regristrado un gasto de 44, 3 millones de dólares. Por si fuera poco, el director le exigió a la plataforma a cargo de Stranger Things, Merlina y One Piece, otros 11 millones de dólares para concluirlo, y a pesar de la negativa, la compañía cedió, con un costo total de 55 millones.
De acuerdo con un artículo publicado por Variety, el director desvió 8,7 millones de dólares en muebles y ropa de diseño, un reloj de cerca de medio millón de dólares, cinco Rolls-Royces y un Ferrari, en lugar de destinarlos al rodaje como estaba señalado. Thomas Cherian, portavoz de Netflix, afirmó que la compañía había dado por perdido el proyecto, señalando que "el Sr. Rinsch nunca iba a completar el proyecto acordado", por lo que ahora se encuentran en auditoría confidencial, donde la compañía le exige 14 millones de dólares por los daños.
Conquest es la serie de ciencia ficción que nunca verá la luz, siendo uno de los fracasos más grandes para el tío de Netflix, quien arrojó la casa por la ventana, pensando que sería uno de sus grandes éxitos, pero ahora el proyecto solo ha quedado en una idea y una perdida millonaria. Además, después de esto, dudamos que las compañías vuelvan a pelear por un proyecto de Rinsch.