Si con algo Disney ha hecho enojar al público definitivamente son sus live-action. Este año, la Casa del Ratón lanzó dos adaptaciones de acción real, Peter Pan & Wendy y La sirenita, sin embargo, la princesa marina enfureció a algunos espectadores, principalmente a aquellos que se oponían a que Halle Bailey fuera la protagonista del clásico animado. Afortunadamente, la película siguió en pie y demostró que la diversidad es el camino que hay que seguir.
Esta no es la única ocasión en la que Disney ha molestado a sus fanáticos. Desde escenas con padres homoparentales en Doctor Strange en el Multiverso de la Locura y en Lightyear, guiños a personajes pertenecientes a la comunidad LGBTQI+ en La bella y la bestia y Frozen: Una aventura congelada, o referencias al más allá sin un ser superior en Soul, siempre existe una persona que no está del todo de acuerdo con las películas de Disney. Ahora, la Casa del Ratón ha hecho enojar a un sector muy específico: personas que profesan la religión cristiana.
Una serie que tiene al mismísimo diablo como protagonista ha provocado la ira de quienes se consideran cristianos por poner al centro a un personaje tan controversial. Para este grupo, según uno de los sitios digitales católicos más relevantes, "el reino de hadas hace tiempo no es seguro" como solía ser y ya no se puede confiar que exista una letrero que afirme que es una producción es "apta para todo público". Para ellos, algunos aspectos de la inclusión de los estudios Disney en sus películas han sido percibido como retroceso en lugar de avances para que distintos grupos tengan las mismas oportunidades.
Ahora le ha tocado el turno a Pequeña diabla, una serie animada que se transmite por la cadena de televisión FX, que pertenece a The Walt Disney Company. La historia de este programa se centra en la hija adolescente de Satanás. Hace trece años y nueve meses, Laura (Aubrey Plaza) tuvo un encuentro con consecuencias bastante nefastas: su novio (Danny DeVito) era en realidad Satanás disfrazado. Ahora, su hija mitad humana, Chrissy (Lucy DeVito), es un pequeño demonio.
Laura y su hija han estado huyendo toda su vida para que pudieran esconderse de Satanás, sin embargo, los poderes sobrenaturales de Chrissy llegan en su cumpleaños número 13. Al mismo tiempo, también llega una oferta de su padre: unirse a él y convertir toda la existencia en un infierno. Chrissy lo está considerando, sin embargo, primero quiere vivir parcialmente con su mamá, y el resto con su papá, todo mientras asiste a una escuela secundaria normal a tiempo completo. Aunque es sólo una serie animada destinada para adultos, muchos creyentes han visto a la serie como una plataforma que promueve "visiones laicistas del mundo que reflejan la cultura actual".