Son buenos tiempos para aquellos espectadores aficionados a las recreaciones históricas, ya sea en cine o televisión. Y mejor aún, para aquellos interesados en la figura de Napoleón Bonaparte. La película de Ridley Scott llegará a las salas de Cinépolis y Cinemex el 23 de noviembre, mientras que otro conocido director, Steven Spielberg, ya trabaja en una serie limitada basada en un guión no filmado de Stanley Kubrick.
Podría ser suficiente para calificarlo como una especie de resurgimiento de la cultura pop para el famoso comandante militar y líder político francés cuya vida fue naturalmente dramática y lo suficientemente conflictiva como para ser cinematográfica. Estas próximas obras están lejos de ser las únicas ficciones en torno a Napoleón, ya que ha sido representado en innumerables películas desde la era del cine mudo, con la revolucionaria cinta de Abel Gance, hasta la lúdica interpretación de un actor británico que se robó el corazón de los fieles seguidores de J.R.R. Tolkien.
Antes de que Joaquin Phoenix asumiera el desafío de personificar al líder francés en la próxima película del director de Gladiador y Cruzada, otro actor, con fuertes vínculos en la Tierra Media, había dejado su marca en el papel de Napoleón. Se trata de Ian Holm, responsable de encarnar a Bilbo Bolsón en El señor de los anillos. Su actuación cautivadora y llena de matices trajo a la vida al querido hobbit, desde sus primeros encuentros con el Anillo Único hasta su emotiva despedida en Rivendel.
Pero antes de contribuir significativamente al éxito y la perdurabilidad de la trilogía de Peter Jackson, Holm demostró su versatilidad al colaborar con Ridley Scott en Alien, el octavo pasajero. Su interpretación magistral del androide Ash añadió una capa de intriga y suspenso a la ya icónica película de ciencia ficción. A partir de esta colaboración, la carrera de Holm experimentó un notable ascenso, marcada por su participación en aclamadas películas.
Holm se destacó en diversas colaboraciones con directores relevantes de las últimas décadas, entre ellos David Cronenberg (en eXistenZ) y Terry Gilliam (en Brazil), donde su destreza actoral fue crucial para dar vida a personajes complejos y memorables. Su presencia en películas como Carros de fuego y La locura del rey Jorge también le valió el reconocimiento de la crítica y premios.
En 2001, Holm ofreció una interpretación excepcional en la película Mi Napoleón, dirigida por Alan Taylor. En este filme lúdico y divertido, el actor se sumerge en el papel de Napoleon Solo, un inmigrante italiano que se obsesiona con la figura de Napoleón Bonaparte, al grado de hacerse pasar por él. La actuación de Holm es notable por su habilidad para retratar la complejidad del personaje, capturando tanto su ferviente admiración por Napoleón como los matices de su propia vida tumultuosa.