A estas alturas del partido todo fan del cine y la televisión sabe qué onda con Dragon Ball y Star Wars; dos de las franquicias más importantes en la historia, por un lado en terrenos del manga y anime, del otro en la pantalla grande y ahora streaming. Las sagas creadas por Akira Toriyama y George Lucas, respectivamente, siguen teniendo gran impacto en la cultura pop, pero ¿sabías que unos científicos encontraron una conexión entre ambas producciones?
Y no estamos hablando de temas básicos como la lucha de los héroes contra villanos que quieren exterminar planetas enteros; esto es más que obvio, pero el punto que vamos a tocar tiene que ver con la ciencia y la energía de un ser vivo.
Fue el mismísimo Roger Penrose, premio Nobel de Física (no es cualquiera), quien junto al anestesista Stuart Hameroff, propusieron la “Teoría de Reducción Objetiva Orquestada”. Sí, tiene nombre confuso, pero en términos generales no lo es tanto, puesta esta analiza la energía que emiten tanto los seres humanos como todos los vivientes.
A grandes rasgos la energía proviene de las células y la actividad cerebral. En el caso de Dragon Ball o Star Wars esta misma idea la tienen sus protagonistas, pero son conocidos como Ki o La Fuerza. Por supuesto la ficción tiene un papel importante y potencializa este principio científico.
En la teoría también se menciona que, si en algún momento de la historia los humanos pudiéramos manifestar la energía que naturalmente generamos dentro de nuestros cuerpos, esto podría desembocar en la posibilidad de obtener poderes especiales. ¡Algo que las películas y anime llevan explorando desde hace décadas!
Por supuesto esto por más que nos encantaría lanzar un Kamehameha o levitar cosas con nuestra mente, no es algo que pueda suceder en corto tiempo, además por eso mismo es una teoría que expone posibilidades. Aunque el hecho de contar con un premio Nobel en Física detrás de estos planteamientos le da mucho peso y credibilidad.