Hay muchas cosas que hacen de Steven Spielberg uno de los cineastas más grandes de la historia. En parte, el legendario director ha realizado increíbles cintas como Tiburón, La lista de Schindler y Parque Jurásico; aunque por otro lado, muchos los recuerdan por dar oportunidad a los talentos infantiles de brillar en la gran pantalla con cintas memorables como E.T., el extraterrestre y A.I. Inteligencia Artificial. Sin embargo, hubo un momento en el que Steven estuvo a punto de dejar de trabajar con niños para siempre.
Luego de una serie de éxitos de taquilla durante la década de 1980, Spielberg sintió que se estaba alejando de aquello que lo llevó a convertirse en director: contar historias profundas con un trasfondo personal. El color púrpura fue su primer intento de abordar un tema más adulto fuera del cine de espectáculos, sin embargo, fue la cinta El imperio del sol donde se dedicó más a sí mismo, tratando de explorar el fin de la inocencia.
A pesar de los elogios a un joven Christian Bale como protagonista de su cinta, Spielberg se dejó llevar por algunos de los comentarios más negativos de la crítica. Además, el hecho de que El imperio del sol solamente recaudara 66 millones de dólares en todo el mundo, fue un golpe duro para él. Por si fuera poco, luego de que hiciera una película tan personal, Spielberg se sintió algo decepcionado de que los Premios de la Academia dejaran de lado su trabajo, recibiendo seis nominaciones en la edición de ese año, pero todas en categorías técnicas y con resultados desfavorables.
Cuando George Lucas se acercó a Spielberg para realizar una secuela de Indiana Jones con una escena del explorador siendo joven, Spielberg tenía dudas. "No quiero hacer más películas que tengan niños", reveló Lucas sobre el sentir de Spielberg en ese tiempo. Finalmente recapacitó y cambió por completo de opinión al recibir la sugerencia que le había dado Harrison Ford para el papel de su yo más joven Indiana: River Phoenix.
El hermano mayor de Joaquin Phoenix ya había trabajado junto a Ford en La costa de los mosquitos y apoyó plenamente su contratación. Tras la audición, Spielberg se convenció de que River era un actor brillante y volvió a sentirse motivado para explorar la perspectiva de la juventud en sus películas. La última cinta de Spielberg, Los Fabelman, contó con la participación de Michelle Williams y Paul Dano para narrar la que hasta ahora ha sido la película más íntima del director.