La mente maestra de David Fincher ha vuelto a la acción con la entrega de El Asesino; una producción que se estrenó en Netflix y que está causando gran revuelo debido a que su aterradora propuesta narrativa nos confirma que si hay algo en esta vida que resulta complejo, abrumador y con el suficiente poder para destrozarnos en segundos eso es la realidad.
Y es que si bien a lo largo de varias décadas nos hemos acostumbrado a que este director nos entregue personajes perturbados que hacen de la violencia una herramienta para explorar y manifestar los pensamientos ocultos en su psique, en esta nueva producción Fincher pasa de ser un partidario de los marginados a superare a sí mismo y darle a uno de ellos un papel estelar.
Mientras a lo largo de Se7en, El club de la pelea, La habitación del pánico o Zodiaco vemos muertes y asesinatos cometidos con un propósito y una justificación magistral, en el El Asesino vemos la historia de un hombre que perdió gran parte de su sensibilidad humana, pero a un hombre vulnerable que se rompe y desquebraja a medida que dimensiona las consecuencias que sus acciones han provocado.
No tenemos a un héroe ni a un personaje como Batman o John Wick cuyos comportamientos podrían ser tolerados por la tragedia que ambos padecieron, y quienes además se han convertido en ídolos oscuros que, al menos en el caso de Wick, este año nos sorprendió con su cuarto episodio y para 2025, a una década de la primera película nos maravillará con otro estreno, sino a un alma atormentada, real, no perteneciente a un mundo de fantasía sino al de la normalidad que todos padecemos y a un espíritu frágil que a punto de aceptar su condena se rebela y permite que en ello, en ese último acto de redención, sea oído su perdón.
Si bien empatizar con personajes tan abruptos como los que Fincher nos muestra en sus producciones resulta complejo para la audiencia, con El Asesino este director nos pide un máximo esfuerzo, un voto de confianza que a la vez sea el mayor que le hemos entregado y a cambio de ello nos promete una cinta hermosa, turbia y profunda que nos dejará con la intensa necesidad de hacer una reflexión para comprenderla y así a nosotros mismos.
Con una producción que debutó en Netflix donde Scott Stuber, el jefe ejecutivo de la marca, ha dejado en claro su preferencia por las cintas de acción, violencia, terror y muerte debido a la búsqueda incesante de la plataforma por hacerse con su propio asesino y dueño del horror, Fincher nos deja lista su decimoquinta producción para seguir acompañándolo en su introspectivo viaje hacia el abismo.