Jurassic Park, la obra maestra de Steven Spielberg que recientemente conmemoró tres décadas de su impactante estreno, ha perdido algo de su intocable perfección. Aunque sigue siendo una película querida (y muy recordada por los seguidores de Sam Neill, Laura Dern y Jeff Goldblum), los expertos de Faux Raccord señalaron previamente pequeños detalles técnicos, como la mano de un técnico en la espalda de un rapaz. Sin embargo, un nuevo descubrimiento, cortesía de un especialista en insectos, revela un error aún más significativo en la emblemática escena de la cocina, desafiando la imagen intachable que muchos han mantenido durante años.
En la narrativa de la película, el multimillonario John Hammond (Richard Attenborough) da vida a sus dinosaurios mediante la recuperación de sangre de sus antepasados contenida en un mosquito fosilizado en ámbar durante millones de años. Esta premisa, aunque clave en la trama, ha sido objeto de escrutinio, especialmente por espectadores meticulosos. La idea de que la sangre del mosquito pudiera permanecer intacta durante un periodo tan extenso desafía la lógica, incluso para los estándares de la ficción científica. Este concepto, que ya era percibido como extravagante por algunos, recibe ahora una nueva perspectiva bajo el análisis de un público más crítico.
La tarea de John Hammond en la película escrita por Michael Crichton y David Koepp, aunque envuelta en el encanto cinematográfico, enfrenta desafíos científicos insalvables. Aunque teóricamente posible, el método propuesto por Hammond, según la evaluación del prestigioso entomólogo Joe Conlon en 2013, carece de viabilidad. El mosquito exhibido en el bastón del multimillonario, que se presenta como la clave para la resurrección de los dinosaurios, resulta insuficiente para alcanzar tal hazaña según las leyes de la biología y la genética. Este descubrimiento, desvelado por Conlon, arroja luz sobre los límites de la ciencia ficción cuando se encuentra con los principios básicos de la biología y la paleontología.
Un especialista entomólogo revela una profunda inconsistencia en 'Jurassic Park'
El científico señala que, a pesar de que los mosquitos han existido durante unos 170 millones de años, la especie específica representada en Jurassic Park, el Toxorhynchites rutilus, no se ajusta a la narrativa. Este mosquito en particular, según sus características biológicas, resulta ser el único que no se alimenta de sangre. Esta contradicción plantea una brecha entre la ficción cinematográfica y las realidades científicas, subrayando que la selección de especies para la trama de la película contradice las características fundamentales de los mosquitos reales y su papel en la historia evolutiva de la Tierra.
La elección del Toxorhynchites rutilus en Jurassic Park no sólo desafía la biología al ser el único mosquito que no se alimenta de sangre, sino que también revela un error en cuanto a su género. Según la película del también director de E.T. el extraterrestre y Tiburón, este insecto específico es un macho, como evidencian sus antenas esponjosas. Esta característica contradice la biología básica de los mosquitos, ya que solo las hembras de esta especie son las que se alimentan de sangre. Este doble error en la representación del mosquito socava aún más la premisa científica detrás de la trama, exponiendo una falta de precisión en la creación de la película.