En Harry Potter y el cáliz del fuego se da a conocer que existen tres maldiciones imperdonables que de hacerlas, te ganarías un pase directo a Azkaban: Imperio, el hechizo para controlar a alguien más; Cruciatus, la maldición usada en los padres de Neville Longbottom (Matthew Lewis) por el personaje de Helena Bonham Carter; y la maldición asesina, la favorita de Lord Voldemort (Ralph Fiennes). Cualquiera podría pensar que no existe peor conjuro que uno de estos tres, sin embargo, la maldad no tiene límites, especialmente para el Señor Tenebroso.
Lord Voldemort es un experto en las Artes Oscuras, tanto que logró dividir su alma en siete pedazos y depositarlos en diferentes artefactos y personas, uno de los actos más abominables de la magia. Aunque un horrocrux es considerado un hechizo en contra de la naturaleza, Lord Voldemort ha realizado conjuros igual o más peligrosos y también más perturbadores. Uno de ellos involucra usar el cuerpo en descomposición de una bruja para atacar a Harry y a Hermione.
En Harry Potter y las reliquias de la muerte - Parte 1, Harry y Hermione acuden al Valle de Godric Gryffindor para visitar el lugar en el que Lily y James Potter fueron asesinados. Para su sorpresa, los magos se encuentran con una mujer misteriosa a quien reconocen como la historiadora de magia, Bathilda Bagshot. Además de ser aterradora, la mujer no emite ningún tipo de sonido, excepto el idioma pársel. Ella los lleva hasta su casa, sitio en que Lord Voldemort ha dejado una trampa para ellos.
En el hogar de Bathilda, se revela que en realidad ella es la serpiente Nagini y que la verdadera bruja murió. Si bien nunca se dan detalles de cómo murió la historiadora de magia, solo se sabe que Voldemort tuvo algo que ver. En lugar de permitirle descansar en paz, el Señor Tenebroso hizo algo tan inquietante como peligroso: realizó un conjuro oscuro para que la serpiente habitara el pobre y viejo cadáver de Bathilda. ¿Lo peor? Utilizó esta diabólica creación, considerada un parásito, para engañar a Harry y Hermione.
Cuando los dos amigos entran a la casa oscura y sucia de Bathilda, se percatan de que huele a carne podrida. El séptimo libro describe el momento en el que Harry ve a la serpiente deslizarse fuera del cuerpo de la fallecida bruja: "El horror lo paralizó mientras vio el viejo cuerpo colapsar y la gran serpiente saliendo del lugar donde había estado su cuello". Es un momento que nos recuerda que el mundo de la magia es un lugar peligroso.