La secuencia inicial de Matrix es un ícono del cine moderno. Sobre un fondo oscuro, caracteres verdes caen desde la pantalla para finalmente conformar el título. Sin embargo, el misterio siempre rodeó a este código. Simon Whiteley, el genio detrás de este diseño, finalmente compartió la revelación en una entrevista con CNET. Lo que desveló es nada menos que sorprendente y añade una capa adicional de significado a esta obra maestra de la ciencia ficción.
El enigma del código verde de los créditos iniciales de la primera película (que posteriormente dio inicio a una franquicia que incluye títulos como Matrix: Revoluciones y Matrix: Resurrecciones) ha sido finalmente resuelto por Simon Whiteley, el maestro detrás de esta icónica secuencia. Sorprendentemente, Whiteley reveló que el código no es más que recetas de sushi. Cuando Lana y Lilly Wachowski, las mentes brillantes detrás de la película, no quedaron satisfechas con el primer borrador de los créditos, recurrieron a Whiteley para una nueva versión.
Así surgió el código verde como elemento visual distintivo en 'Matrix'
El dúo, también responsable de Meteoro y El destino de Júpiter, deseaba una estética más japonesa, un giro que Whiteley abrazó con entusiasmo, especialmente dado que su esposa es japonesa y pudo aportar autenticidad al diseño de los caracteres. Este inesperado trasfondo añade una nueva dimensión al simbolismo de Matrix, revelando la intrincada conexión entre la cultura japonesa y la esencia de la película.
Whiteley se adentró en las "pilas de libros de cocina japonesa" que su esposa atesoraba, en busca de la musa que daría vida al enigmático código verde. En medio de las páginas, un libro singular capturó su atención, y las recetas que albergaba se convirtieron en la semilla creativa que germinaría en el icónico código de la película protagonizada por Keanu Reeves, Laurence Fishburne y Carrie-Anne Moss. Este encuentro fortuito entre la culinaria japonesa y el universo de Matrix otorgó una dimensión inesperada a la película, demostrando cómo la inspiración puede surgir de los rincones más insospechados.
Con meticulosidad artesanal, Whiteley se sumergió en la creación, trazando y pintando a mano cada letra japonesa con esmero. Posteriormente, confió su obra a su colega Justen Marshall, quien digitalizó las creaciones y dio forma al código final. Inicialmente, este fluía de derecha a izquierda, siguiendo el estilo de lectura japonés. No obstante, la intervención de Whiteley en la dirección del código llevó a una modificación crucial: en vez de desplazarse lateralmente, el código descendió desde lo alto de la pantalla hacia abajo. Este simple ajuste transformó por completo la icónica secuencia. Así, aquellos que se aventuren a descifrar estos caracteres no sólo descubrirán el genio de la técnica, sino que también hallarán una dosis extra de inspiración para su próxima velada sushi.
Aunque el código verde mantuvo su relevancia en las entregas posteriores de la saga de ciencia ficción, las hermanas Wachowski se encontraron con un desafío titánico: replicar el impacto asombroso que tuvo la película original en 1999. A pesar de sus esfuerzos, las secuelas no lograron alcanzar las mismas cotas de excelencia, al menos en términos de recepción crítica y la fidelidad del público. Uno de los ejemplos más notables es Matrix Reloaded, una película que, a pesar de su éxito comercial, ha sido objeto de discusiones y debates apasionados entre los aficionados y los críticos de cine.