En el mundo del thriller, los finales son el golpe final que deja a los espectadores con la boca abierta. Películas como El sexto sentido de M. Night Shyamalan y Prisioneros de Denis Villeneuve, donde el desenlace cambia por completo la percepción de la historia, son ejemplos emblemáticos. Asimismo, el thriller coreano Oldboy de Park Chan-wook es conocido por su final estremecedor y completamente inesperado, que deja una marca indeleble en la mente del espectador.
"¿Qué hay en la caja?", uno de los finales más brutales del cine moderno
Seven de David Fincher tiene uno de los finales más inolvidables de la historia del cine. Ha estado grabado en la mente de los espectadores durante más de un cuarto de siglo, por lo que la idea de cambiarlo en este punto podría parecer un pecado, no muy diferente de los simbolizados por las macabras escenas del crimen donde el asesino en serie John Doe (Kevin Spacey) escenifica su "sermones".
Ese final, sin embargo, es uno de varios que se consideraron durante la realización de Seven. The Telegraph hizo una profunda revisión sobre la realización de la película, detallando nada menos que siete finales alternativos. Estos incluyen un final en el que el detective Somerset (Morgan Freeman) mata a Doe, un final en el que el detective Mills (Brad Pitt) dispara a Somerset para evitar que mate a Doe, un final en el que hay una carrera contra el tiempo para salvar a la esposa embarazada de Mills, Tracy (Gwyneth Paltrow), un final en el que hay un perro muerto en la famosa caja y un final que tiene lugar en una iglesia en llamas.
New Line Cinema
El director de El club de la pelea y Red social apenas era un autor en ciernes en aquella época y no tenía tanta influencia con los productores cuando estaba empezando, y si hubiera podido hacerlo en aquel entonces, los momentos finales de Seven habrían sido más bien un golpe tonto. Al final, Doe ha atraído a Somerset y Mills al medio de la nada, con la promesa de que revelará los cuerpos de sus dos últimas víctimas. Fincher prolonga el suspenso cuando de repente aparece una furgoneta de reparto, conduciendo por el largo camino polvoriento hacia donde están los tres hombres.
La caja de la camioneta contiene la cabeza cortada de Tracy. Nunca se muestra, lo que le otorga una influencia aún mayor sobre la mente del espectador. Sólo podemos formarnos una imagen terrible de tal cosa en nuestra imaginación cuando la música dramática de Howard Shore nos indica la revelación. El plan de Doe, que logra con éxito, es hacer que Mills "se convierta en ira", el séptimo y último pecado mortal: matarlo en un ataque de ira, castigando así también a Doe por su propio pecado de envidia. Los dos cuerpos finales (tres, si cuentas al bebé) son Tracy y el propio Doe. Mills sabe que dejará ganar a Doe, pero en ese momento está tan angustiado que no le importa.
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Fincher originalmente compitió por un corte repentino a negro tan pronto como Mills dispara a Doe, dejando a la audiencia con un largo momento de silencio antes de que comenzaran los créditos finales. Este final, con su efecto Los Soprano (y sin una voz en off de Somerset para amortiguar el golpe) no habría dado tiempo a los espectadores para adaptarse emocionalmente a lo que acaba de suceder. Los habría golpeado fuerte y rápido y los habría dejado tambaleándose, pero es difícil decir si realmente hubiera sido mejor, pero sabemos que Brad Pitt no estaba convencido de ese desenlace. Era el estudio el que quería el final que obtuvimos, en el que Somerset observa cómo un coche de policía se aleja con Mills esa misma noche. Un momento completamente devastador.
