En años recientes, dentro del cine de terror, comienza a surgir un subgénero interesante con una propuesta metaficcional. Estas son películas de terror que narran los conflictos, traumas o temores al momento de hacer o ver una película de terror. Algunos de los mejores ejemplos de esto son Berberian Sound Studio con Toby Jones, La clásica historia de terror con Matilda Lutz, Censor de Prano Bailey-Bond y Coupez! de Michel Hazanavicius.
En días recientes, Stopmotion, la nueva película del director y animador británico Robert Morgan se integró a este grupo a partir de un terror inquietante y violento centrado en la animación stop-motion. La película comienza con Ella (Aisling Franciosi) moviendo lentamente y con precisión la cabeza de una figura. Hacerlo bien es cuestión de milímetros, y si se equivoca, provocará la ira de su legendaria madre animadora Suzanne (Stella Gonet, quien también actúa en El conde de Pablo Larraín).
Blue Light
La joven se ha visto obligada a seguir constantemente las órdenes de su madre, ya sea trabajando en su última película o cortando su comida. Ambos requieren el uso de las manos y la artritis paralizante de Suzanne ha limitado sus capacidades. Luego sufre un derrame cerebral grave que la deja en coma. Gracias a su novio Tom (Tom York, no confundir con el líder y vocalista de Radiohead, Thom Yorke), Ella se muda a un nuevo departamento. Tal vez pueda terminar la animación sin su autoritaria madre o, cuando llega una enigmática joven (Caoilinn Springall), deberá tomar una difícil decisión.
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'Stopmotion' es gráfica, visceral y espeluznante
Durante la presentación de Stopmotion en el Festival de Sitges (conocido por su selección audaz y a menudo perturbadora de películas de género), los espectadores quedaron no solo con escalofríos, sino también con la sorpresa de un desmayo inesperado. En un momento impactante, un espectador se vio abrumado por la intensidad de la película y, tras levantarse para buscar algo de alivio, se desplomó. El equipo médico presente en el lugar actuó con rapidez para brindar asistencia.
El episodio que llevó al desmayo del espectador ocurrió durante una escena crucial, donde el protagonista de la película se embarca en un acto gráfico de creación artística, abriendo las piernas y meticulosamente manipulando carne y músculos para dar forma a sus siniestros títeres. Las primeras imágenes de estos espeluznantes muñecos de carne revelan la naturaleza inquietante y visceral de la película, una visión que, comprensiblemente, resultó abrumadora para algunos espectadores.
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Este evento subraya el poder de Stopmotion para llevar al público a lugares inexplorados y provocar reacciones físicas tangibles (uniéndose a películas como Terrifier y muchas otras que han afectado profundamente a las audiencias), demostrando así su habilidad para trascender las convenciones del género de terror. Al utilizar esta técnica meticulosa, el cineasta puede moldear la realidad de maneras inimaginables, llevando a los espectadores a una experiencia visceral que trasciende los límites del mero entretenimiento cinematográfico. La película recurre a la técnica como una herramienta poderosa para explorar los aspectos más oscuros de la psique humana.