Los directores de los actuales slashers se enfrentan a un desafío: reinventar las formas de matar después de una larga lista de películas que han establecido el estándar del género. Desde los sanguinarios episodios de La masacre de Texas, hasta los inolvidables sustos de Halloween, Scream, Viernes 13 y Pesadilla en la calle del infierno, los icónicos asesinos como Jason Voorhees, Michael Myers y Freddy Krueger han utilizado prácticamente cualquier objeto imaginable para llevar a cabo sus macabros actos. Esto sin mencionar las retorcidas y meticulosas trampas urdidas por Jigsaw en la saga de Saw: Juego macabro, donde las víctimas encuentran su destino en intrincados rompecabezas mortales.
La película sueca de comedia y terror de Netflix, La conferencia, basada en la novela de Mats Strandberg, introduce a un asesino enmascarado que desafía convenciones, cambiando continuamente de estrategia y utilizando cualquier objeto a su disposición para llevar a cabo sus crímenes. Su objetivo: un grupo de empleados y oficinistas del sector público que, además de enfrentar las peculiaridades del entorno laboral, ahora deben confrontar a este individuo perturbado mientras participan en un retiro de formación de desarrollo profesional para celebrar la inauguración de un nuevo centro comercial en Kolarängen.
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¿De qué forma se combina la comedia y el horror en 'La conferencia'?
Más allá del mero orgullo que la película ostenta como representante del género slasher, el director Patrik Eklund busca despertar en el público un anhelo de escapar de las actividades meticulosamente planificadas por sus superiores, colegas o incluso la propia empresa que les emplea. En La conferencia, vemos a los empleados entregados con entusiasmo a una serie de actividades en el bosque, a excepción de Lina (Katia Winter), quien retorna tras una prolongada ausencia por enfermedad. Es ella la única capaz de percibir la opacidad del plan del centro comercial y los oscuros secretos que este oculta.
En medio de las actividades que los empleados emprenden, la atmósfera da un vuelco inesperado a medida que los murmullos de corrupción se propagan. Este cambio es aún más evidente cuando un enigmático asesino, oculto tras una gigantesca máscara, comienza a diezmar a los participantes uno tras otro. Esta peculiar amalgama de géneros, que fusiona elementos slasher con una dosis de comedia negra de oficina, se traduce en una película que ofrece una experiencia tan sardónica como sangrienta.
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A través de esta narrativa, la cinta no solo se aventura en el terreno del horror más visceral, sino que también examina las relaciones interpersonales y las tensiones profesionales que desembocan en un caos violento. La conferencia puede no perturbar a aquellos acostumbrados a ver películas de terror sangrientas con regularidad, sin embargo, sorprende con un par de escenas inesperadamente originales, entre las que se incluye una impactante secuencia que involucra puntos de sutura hechos en casa.
Aunque muchas de las muertes optan por una representación sangrienta pero discreta, permitiendo que la imaginación del espectador rellene los detalles, la película ofrece suficiente para captar la esencia de la violencia. Las carnicerías no tardan en ponerse en marcha y una vez que comienzan, la película es prácticamente una masacre sin pausas.
