No todos los espectadores encuentran fácil ver una película hasta el final y algunas no necesitan de minutos extra para atrapar al público. Cintas como El exorcista, La masacre de Texas y La casa de Jack provocaron toda clase de efectos en la audiencia, incluso haciendo que muchos de ellos abandonaran la sala antes de que acabara la película. En el peor de los casos, los asistentes terminaron vomitando o con convulsiones en los que tuvieron que llamar a la ambulancia. Algunas cintas sólo requieren de pocos minutos para contar una historia convincente y un segundo más podría haberlas hecho insoportables.
Algo parecido sucedió con Enlace mortal, que aunque es una película de suspenso y no de terror, sólo necesitó de 81 minutos para hacer que el público no pudiera despegar la vista en ningún momento. En una época en la que las grandes películas suelen durar más de dos horas y media, y algunas mucho más como el caso de Babylon y Avatar: El camino del agua, el director Joel Schumacher aprovechó cada segundo que tuvo a su disposición para crear un ambiente lo suficientemente interesante para sólo necesitar una hora y 21 minutos.
Enlace mortal comienza cuando el publicista Stu, interpretado por Colin Farrell, camina por la calle con su asistente al lado, quien le pasa cada uno sus teléfonos celulares para todas sus reuniones pendientes. Entre ellas está una charla con una bella actriz llamada Pam (Katie Holmes). Sin embargo, Stu no quiere llamar a Pam desde el celular porque su esposa ve las facturas. Entonces se detiene en la última cabina telefónica de Manhattan, lo que resulta ser un error muy grande.
Suena el teléfono y Stu contesta. El hombre al otro lado de la línea le dice que tiene un rifle apuntando a Stu y que le disparará si cuelga o se lo cuenta a alguien. Parece saberlo todo sobre Stu, su esposa Kelly y Pam. Cuando un proxeneta quiere que Stu deje de usar el teléfono porque una de sus chicas lo necesita, el francotirador le dispara y la policía cree que Stu fue quien lo hizo. Pronto, Stu está rodeado por la policía que le apunta con toda clase de armas, y tanto Pam como Kelly están allí, todo mientras el francotirador no le permite terminar la llamada.
Con tomas muy atrevidas, la cinta hace que el protagonista empiece a preguntarse qué decisiones de su vida lo han llevado a este punto. Con pocos minutos, el director no pierde el tiempo con explicaciones innecesarias que podrían haber alargado la cinta. En cambio, se esfuerza por lograr la máxima emoción con una serie de eventos en cadena. Si la película durara sólo un minuto más, tal vez no podrías soportar la tensión y tendrías que llamar a una ambulancia.