A finales de la década de 1970, Dan O'Bannon escribió el guión de, tal como él mismo la describió, "una película de terror en una nave espacial con un pequeño grupo de astronautas". Al principio no suena particularmente inusual, pero en realidad fue el punto de partida para una de las franquicias de ciencia ficción más importantes e icónicas de todos los tiempos: Alien.
En ese momento, Ridley Scott todavía era un cineasta relativamente desconocido que solo había hecho una película, The Duelists. Pero la primera película de Alien cambió todo para el director. Aunque la película no fue idea suya, elaboró numerosos bocetos que el estudio encontró tan prometedores que duplicaron el presupuesto y creyeron que sería un éxito, y eso fue lo que sucedió.
Tanto el diseño de la nave espacial como el de la criatura icónica creada por H.R. Giger contribuyeron para dar forma al género de ciencia ficción como pocas películas y con una recaudación de 184 millones de dólares (con un presupuesto de sólo 11 millones) fue un gran éxito de taquilla. También estaba claro que no se trataría de una simple excursión a la inmensidad del espacio, sino que tendrían que llegar al cine más partes de Alien.
Pero Scott inicialmente se retiró de la franquicia y cometió varios fracasos seguidos, lo que afortunadamente no perjudicó su carrera: con Blade Runner se produjo al menos otro hito de la ciencia ficción. Mientras tanto, el posterior director de Titanic y Avatar, James Cameron, desarrolló la secuela Aliens 2: El regreso y, seis años más tarde, el creador de El club de la pelea, David Fincher, debutó en el cine con Aliens 3. Le siguió la cuarta parte en 1997, dirigida por Jean-Pierre Jeunet (el director de la querida Amelie).
Aunque Ridley Scott ya no tenía nada que ver con los sucesores directos, la serie no lo dejó ir. Pero el director de Gladiador inicialmente tenía ambiciones más grandes que simplemente hacer otra película de Alien. Quería llegar al fondo del asunto y responder a la pregunta de dónde procedía realmente el extraterrestre. Para ello creó, en 2012, un guión titulado Prometheus – Dark Signs, que a su vez pretendía ser el comienzo de una nueva trilogía.
Prometeo no estuvo exenta de controversia en los círculos de fanáticos, pero muchos quedaron impresionados por la película, que se mantuvo por sí sola a pesar de ser parte de una franquicia famosa. La precuela triplicó con creces su presupuesto en taquilla, pero la sucesora (nuevamente jugando un poco más en el lado seguro), Alien: Covenant fue débil en taquilla. Los planes de seguir con hasta dos secuelas directas más quedaron, por tanto, enterrados por el momento.
Pero eso no significa que no habrá más películas de Alien. El 16 de agosto de 2024 está previsto el estreno en los cines de Alien: Romulus, que dirigirá el director de No respires, Fede Álvarez. Según la información actual, la película contará una historia completamente nueva sobre un elenco joven (liderado por Cailee Spaeny) y no tendrá nada que ver con la serie precuela de Scott. Por lo tanto, los fans tendrán que esperar aún más para una posible conclusión de la serie precuela de Alien.