Es octubre y en esta temporada no pueden faltar los maratones de terror, desde clásicos como Halloween o La bruja de Blair, hasta películas más actuales como Barbarian o Talk to me, sin embargo, una de las imperdibles en la lista es El exorcista, el film que sentó las bases de las posesiones demoníacas y que perturbó al público con sus terroríficas escenas que causaron vómitos y desmayos. Sin embargo, la audiencia no fue la única que sufrió con las terribles secuencias, sino también los actores quienes tuvieron varios inconvenientes en el set de grabación.
William Friedkin se inspiró en la novela homónima del escritor William Peter Blatty, quién tomó como base casos reales para escribirla. El director quería que el filme fuera lo más realista posible, por lo que aumento su exigencia con el equipo de efectos especiales liderada por Marcel Vercoutere y Marv Ystrom, quienes recurrieron a efectos prácticos para filmar varias de las escenas que hasta la fecha siguen asombrando a los espectadores.
Una de las más icónicas es la del vómito, la cual ha servido de referencia en otras producciones del género, pero esta no salió como estaba planeado, al menos no para Jason Miller, quien interpretaba al padre Karras. Al actor le habían informado que en la escena Reagan (Linda Blair) vomitaría una sopa de guisado sobre su pecho, pero el tubo de plástico falló y le dio directo en la cara, por lo que su reacción de sorpresa y disgusto mientras se limpiaba el vómito es completamente genuina.
El actor mostró su molestia con esta escena, ya que no estaba preparado y fue bastante desagradable para él. Lamentablemente esa sería una de las secuencias más memorables del cine y estamos seguros que más de uno lo recuerdan por lo incómoda que es. Pero esta no fue la única situación que vivieron, tanto Miller como Max von Sydow, el padre Merrín, estuvieron expuestos a una temperatura de 20 grados bajo cero durante la escena final del exorcismo, ya que para hacerla más realista se construyó una habitación especial que contaba con varios equipos de aire acondicionado, por lo que el vapor que sale de sus bocas y la piel azul fue completamente real.
Así como esta hay muchas anécdotas de rodaje, algunas de ellas más intensas que otras, en las que se incluyen lesiones, incendios y hasta muertes, por lo que muchos creyeron que el film estaba maldito, razón por la que David Gordon Green tomó algunas precauciones y bendijo el set para que no ocurriera nada grave en El Exorcista: Creyentes.