Durante milenios, los cineastas, incluyendo a Fritz Lang, William Friedkin, Roman Polanski, John Carpenter, Wes Craven y James Wan han imaginado el combate entre el bien y el mal de maneras tan grandiosas como banales. En El exorcista, por ejemplo, la adolescencia femenina se transforma en una competencia por el alma de una niña de 13 años.
En Líbranos del mal, la guerra contra el terrorismo trae horror al Bronx y a un policía de Nueva York que se convierte en un santo cruzado. El director Scott Derrickson, quien no es ajeno al horror o los caminos del diablo en forma cinematográfica después de haber dirigido El exorcismo de Emily Rose, propone un relato que inicia con tres soldados de las fuerzas estadounidenses que tienen un encuentro cercano con algo malvado mientras sirven en Irak. Una vez que regresan a Nueva York, el trío busca salir adelante con un negocio propio, pero su fantasmal pasado en el campo de batalla parece no soltarlos.
Al principio, nadie se toma esto en serio los sucesos sobrenaturales, entre ellos el duro policía Ralph Sarchie (Eric Bana). Al poco tiempo, ve señales de una siniestra intervención cósmica dentro del catálogo de violencia doméstica de la película: cuando un bebé es arrojado a los leones en el zoológico del Bronx, Ralph se ve atormentado por sus propias fallas y traumas.
La película, disponible en el catálogo de Netflix (que recientemente estrenó esta conmovedora obra polaca), debería advertir a las almas sensibles sobre lo que les espera dentro de esta cripta de solemnes mitos, actos diabólicos y violencia estridente. Aún así, Bana (a quien recordamos cómo el mismísimo Hulk en la película de Ang Lee para Marivel) se apropia del papel con su típico entusiasmo, recibiendo un buen apoyo de Édgar Ramírez (que interpreta a un sacerdote).
Así se preparó Eric Bana para su papel en 'Líbranos del mal'
Mientras investigaba su papel como el ex-oficial de policía de Nueva York convertido en investigador paranormal, Ralph Sarchie, Bana vio una cinta granulada que se supone que es un exorcismo real. Las imágenes todavía atormentan al actor australiano. "Fue bastante confrontativo. Si hubiera podido evitarlo, probablemente lo habría hecho, pero lo vi y quedará grabado para siempre en mi cerebro”, confiesa el también actor de La otra reina y Horas contadas.
“Ese video del exorcismo en particular es bastante desgarrador. Ves la frente de un tipo abierta y nadie lo toca”, dice Derrickson, quien apenas el año pasado nos regaló la joya de El teléfono negro con Ethan Hawke. "No parece un ser humano... cuando salimos (de la sala de visualización) recuerdo que Eric estaba literalmente pálido y decía: 'Eran demasiados videos de exorcismo para mí'".
Aunque la película es principalmente un relato ficticio que solo incorpora fragmentos de los casos de Sarchie, una vibra espeluznante invadió el set. Derrickson, quien en 2016 colaboró con Marivel en la dirección de Doctor Strange, se asustó por el método del actor Sean Harris interpretando a un veterano de la guerra de Irak poseído por un demonio en la culminante escena del exorcismo de la película: "Sean entró en este estado de trance, literalmente", dice Derrickson. "Estaba en un estado mental extraño y oscuro... y tenía arcadas físicas entre tomas, asustando al resto del elenco".