¿Sabías que pocos directores ha logrado realizar más de una película en un mismo año? Alfred Hitchcock era uno de ellos y más recientemente Ridley Scott también lo logró, pero no nos podemos olvidar de Steven Spielberg, quien estrenó dos largometrajes abismalmente diferentes en 1993, ambas con gran éxito entre la crítica y las audiencias, y que lo consagraron como un cineasta sumamente multifacético.
Parece increíble, pero el cineasta estadounidense estrenó Jurassic Park y La lista de Schindler el mismo año. Los espectadores recibían un blockbuster de aventura que nos permitía fantasear sobre convivir con los dinosaurios y vivir una completa pesadilla con ellos, pero también fueron testigos de un drama histórico que retomaba uno de los casos más impactantes de la Segunda Guerra Mundial, pues narraba los actos de Oskar Schindler para salvar a 1,200 judíos en el Holocausto.
Esta no era la primera vez que Spielberg realizaba un drama de este tipo, pues aunque es recordado por épicas historias como en Tiburón, anteriormente había filmado El color púrpura. Sin embargo, a pesar de su gran experiencia, filmar La lista de Schindler no fue nada fácil para él, tomando en cuenta que había resistencia por parte de la comunidad judía, misma a la que él y su familia pertenecen, y muchos colegas del medio cinematográfico lo desalentaron para seguir con el proyecto.
Poniendo como prioridad su intención por llevar tal historia a la pantalla grande, pero sin ignorar la posibilidad de que era un filme sumamente complejo de lograr debido a sus repercusiones sociales, el también director de Los Fabelman decidió avanzar con la producción del largometraje, pero aseguró que algunos de sus amigos lo ayudaron a sobrellevar la difícil ejecución, entre ellos, Robin Williams. Además de las críticas de algunos directores y judíos, el equipo de la película tuvo que soportar algunos contratiempos en el rodaje, pero el querido actor fue el apoyo emocional perfecto que se necesitaba.
Williams y Spielberg trabajaron juntos en Hook y desde entonces formaron una gran amistad. Al saber lo mal que estaba la situación durante las filmaciones, el protagonista de La sociedad de los poetas muertos se comunicaba con él regularmente para sacarle algunas carcajadas. “Robin sabía por lo que estaba pasando y una vez a la semana me llamaba y decía un monólogo de 15 minutos. Me reía histéricamente porque tenía mucho que dejar ir”, comentó el director en un panel durante la proyección de la cinta en el Festival de Tribeca por su 25 aniversario.
El realizador de Indiana Jones y los cazadores del arca perdida aseguró que el ganador del Oscar por Mente indomable jamás se despidió de él por teléfono, sino que le colgaba mientras él se moría de risa. Así que podríamos decir que sin el apoyo de Robin Williams, el cineasta no habría podido con la carga emocional de llevar a cabo un proyecto como La lista de Schindler, que al final resultó una cinta sumamente importante para el cine americano y recibió siete premios Oscar.