Resistencia no se parece a nada más que esté en las salas de cine en este momento (incluyendo la sangrienta Saw X, la enigmática Cacería en Venecia o la acelerada Gran Turismo). Si bien amplía los precedentes visuales de películas como Apocalipsis ahora y Blade Runner, la más reciente película de acción y ciencia ficción del cineasta británico Gareth Edwards, se siente igualmente en deuda con el estado de ánimo y el espíritu de nuestra realidad contemporánea, gracias en gran parte a la decisión de filmar en ocho países diferentes, incluidos Nepal, Camboya y Tailandia.
La película se distingue de sus contemporáneas por su pronunciado énfasis en una fuerte dirección de arte, basada en un énfasis en el retrofuturismo táctil. Es evidente en todo, desde los atuendos y los diseños de robots hasta la siniestra silueta irregular de NOMAD, el buque de guerra nuclear de órbita baja que flota en el cielo durante la mayor parte de la película protagonizada por John David Washington, Gemma Chan y Ken Watanabe.
¿Cómo se conjugan el budismo y Pink Floyd en 'Resistencia', la nueva película de ciencia ficción?
El diseñador de producción James Clyne (que ha trabajado en películas como Avatar y Han Solo: Una historia de Star Wars), en entrevista con Polygon, mencionó que además de las influencias ya citadas, hubo una obra en particular que destacó como el punto de partida para la confección de todo este nuevo universo. "Pensamos: ¿Qué pasaría si Baraka se hiciera dentro de 60 años y pudiéramos verla hoy? ¿Cómo se vería eso? ¿Qué significa eso, cómo se siente? Porque Baraka es un gran documental de la cultura actual, de la humanidad, de dónde estamos, dónde hemos estado y hacia dónde vamos".
A partir de ahí, el también director de Godzilla y Rogue One: Una historia de Star Wars invitó a Clyne para visitar distintos lugares del sudeste asiáticos. Al estar en aquellos imponentes paisajes de vastos arrozales en medio de la nada no dejaban de pensar en la ciencia ficción. "Había monjes budistas en los templos y uno los imaginaba como robots", señala Edwards en entrevista para Screen Rant sobre cómo los paisajes y la serenidad de los monjes que practican la filosofía zen y la religión budista comenzaron a inspirarlos.
Los robots de la película son fascinantes, específicamente la estructura facial insectil de los robots de la generación anterior con sus mandíbulas en forma de pinzas, en comparación con los modelos "Simulantes". Respecto al diseño, Clyne señala que "simplemente nos aferramos a una apariencia más insectoide. Los propios insectos casi se sienten como si estuvieran hechos de algún otro material; no están hechos de carne. Eso parecía apropiado para nuestros diseños".
Y aunque la apariencia de NOMAD, el buque de guerra nuclear volador que cuelga como una espada en el cielo durante la mayor parte de la película, recuerda mucho al láser orbital de Akira, la inspiración detrás de este monumental artefacto se encuentra en Pink Floyd: "Le envié a Gareth una imagen de esta película llamada Pink Floyd: The Wall. La vi cuando era niño y realmente me trastornó la cabeza. Unas imágenes de guerra realmente inquietantes, una de las cuales era la de este ave rapaz con forma de cuervo que sobrevuela el paisaje buscando presas desprevenidas", concluye el también supervisor de diseño de Star Wars: El ascenso de Skywalker.