Bárbara Mori es una de las actrices del entretenimiento mexicano que más ha sobresalido a lo largo de los años. Desde la exitosa telenovela Rubí hasta películas como Treintona, soltera y fantástica, la intérprete originaria de la ciudad de Montevideo en Uruguay llegó a la escena artística de nuestro país y no hizo más que aparecer en proyecto tras proyecto, pero uno de ellos siempre quedará grabado en la mente de miles de espectadores.
Muchos años antes de aparecer en películas como El complot Mongol, Mori participó en telenovelas como Mirada de mujer, una de las telenovelas más impactantes de los años 90, en la que interpretó a Mónica, la hija menor del personaje de Angélica Aragón, pero sería hasta 2004 cuando se robaría las miradas de media población en México con Rubí. Dicho título figuró como uno de los proyectos de Televisa más exitosos de la época y se mantuvo al aire por casi cinco meses, inmortalizando a la actriz de por vida en el papel de su protagonista.
También protagonizada por Eduardo Santamarina, Sebastián Rulli y Jacqueline Bracamontes, Rubí continúa catalogándose como una de las telenovelas más amadas por los espectadores mexicanos, incluso a casi dos décadas de su primera emisión. Aunque la actriz uruguaya ha colaborado en diversos proyectos diferentes, aún no se puede librar de la sombra de la joven ambiciosa, pero lo cierto es que físicamente, la intérprete luce casi idéntica a como lo hacía en aquel entonces.
Luego de liderar al elenco del programa televisivo, Mori apareció también en algunas producciones cinematográficas como La mujer de mi hermano, Pretendiendo y Cosas insignificantes, pero no regresaría a la televisión hasta 10 años después con el papel de Soledad en Dos Lunas. Es por eso que muchos la recuerdan como Rubí, con la cabellera larga, los rizos característicos y casi siempre un labial rojo. Échale un ojo a las imágenes de su personaje en 2004 para que puedas comparar.
Ahora, a sus 45 años, la también actriz de Azul Tequila y La negociadora ha cambiado de look en severas ocasiones, pero se mantiene tan joven como hace casi 20 años. Podríamos decir que poco ha cambiado; quizás lo único que la hace lucir diferente es el peinado que lleva actualmente, pero mucho ha cambiado en su vida, pues desde los 38 es abuela de Mila, la hija de Sergio Mayer Mori, su único hijo.
Claramente podemos ver que la actriz no ha sido una de las víctimas de los procedimientos estéticos, tal como lo ha declarado ella en algunas ocasiones, pero más allá de su miedo a las cirugías, nos queda comprobado que no ha sido necesario que recurra a ello; ni siquiera la forma de sus cejas ha cambiado y las arrugas son casi nulas