Durante la década de los 90 e inicios de los 2000, Uma Thurman alcanzó su nivel más alto como estrella de Hollywood. Empezando por la entrañable Pulp Fiction y la cinta de ciencia ficción Gattaca, en la que se enamoró y casó con Ethan Hawke, la actriz estadounidense participó en todo tipo de proyectos, pero más allá de convertirse en la mítica Mia Wallace, quizás su papel más recordado es en la cinta de 2003 en donde interpreta a una novia con sed de venganza.
Luego de aparecer en Kill Bill, su segunda colaboración con Quentin Tarantino, Thurman reinterpretó al audaz personaje en la segunda parte de la historia, estrenada tan solo un año después y se consagró como uno de los personajes favoritos de los fans del cineasta. La relación entre ambos artistas era muy cercana, pero un desacuerdo entre ambos terminó con su amistad, además de que casi deja paralítica a la actriz.
Todo sucedió en el rodaje de Kill Bill vol. 2 durante una escena en la que la también protagonista de Batman y Robin tenía que manejar un automóvil. De acuerdo con información brindada en una entrevista para The New York Times, Tarantino fue el responsable de su encuentro cercano con la muerte, pues él la obligó a filmar la secuencia sin un doble de riesgo, a pesar de que ella no estaba de acuerdo y no era una experta detrás del volante.
Thurman fue muy insistente con el director de Perros de reserva al no querer grabar la escena, pero el realizador aseguraba que el camino era bastante sencillo y que la carretera no era nada peligrosa. Sin embargo, esa no fue la situación y la actriz perdió el control del automóvil, chocando contra una palmera y terminando con severas lesiones en el cuello, rodillas, cabeza y diversos moretones.
“Sentí un dolor estremecedor y pensé ‘Dios mío, jamás volveré a caminar’. Cuando regresé del hospital con un collarín, mis rodillas destrozadas y una contusión en la cabeza, Quentin y yo tuvimos una pelea enorme, y lo acusé de tratar de matarme”, reveló la actriz en la entrevista. Parece que a pesar de su obsesión por realizar la escena sin dobles de riesgo, el director de Bastardos sin gloria terminó muy apenado con lo sucedido y le pidió disculpas, aunque eso no fue suficiente para recuperar su amistad con ella.
“Fue horrible. Verla batallar con el volante… recordar cómo yo insistía en que era seguro y podía hacerlo.. [...] Me rompió el corazón. Sin dudarlo es uno de los arrepentimientos más grandes de mi carrera y mi vida, por un millón de razones”, declaró Tarantino en una conversación con Deadline. Ahora sabemos por qué no volvió a trabajar con Quentin, aunque sí sorprende que tras esta terrible anécdota su hija Maya Hawke lo haya hecho en 2019.