Estamos a mediados de septiembre y eso solo significa una cosa, Halloween está cada vez más cerca, por ello no nos sorprende que una de las películas más vistas en Netflix sea precisamente La casa bajo el agua, una propuesta francesa no apta para los que tienen fobias con el mar. Si siempre te han atrído las historias con casas embrujadas como Terror en Amityville, El Conjuro o La maldición de Hill House, entonces es probable que el concepto de esta película te interese, en especial luego de que descubrar el horrible significado detrás de este objeto.
El filme fue escrito y dirigido por Julien Maury y Alexandre Bustillo, en ella conocemos a Ben (James Jagger) y Tina (Camille Rowe), una joven pareja de youtubers que viajan por Europa y buscan lugares supuestamente encantados para grabar experiencias paranormales. En su búsqueda, se trasladan al suroeste de Francia con el fin de documentar un supuesto pueblo que quedo sumergido, pero en su lugar encuentran un sitio vacacional repleto de gente. Un lugareño de nombre Pierre, se ofrece a llevarlos a un lugar remto del lago en el bosque de Chanteloup.
Lo que parece una divertida travesía se convierte en una pesadilla para los protagonistas, quienes descubrirán un terrible crimen debajo del agua. A diferencia de otras películas, La casa bajo el agua presenta un concepto innovador en el género, pues casi no se recurrió a efectos visuales y todas las tomas se hicieron bajo el agua, lo que le da un toque mucho más asfixiante y siniestro, además de que los protagonistas deben estar monitoreando todo el tiempo el nivel de oxígeno, lo que aumenta la tensión, convirtiéndola en una película verdaderamente terrorífica, pero hay un detalle de lo que muy pocos están hablando.
Te advertimos que estás a punto de recibir un poco de spoilers.
Durante la inmersión, los protagonistas recorren la casa y encuentran toda clase de objetos, algunos incluso están flotando en las habitaciones, un detalle que le da un toque mucho más aterrador. Poco a poco, la pareja se va dando cuenta que hay algo que no está bien en ese lugar. Pero en el minuto 45, todo cambia cuando aparecen dos cuerpos flotando y si pones pausa te darás cuenta que están usando una de las armas de tortura más humillantes de la historia.
Si te fijas, los cuerpos tienen colocados una especie de máscaras, las cuales eran utilizadas en la Europa medieval, especialmente con las mujeres que desafiaban a los hombres o a la Iglesia. Estas comúnmente eran de hierro y representaban un perfil de burro, cerdo u otro animal. Una vez que se la ponían debían salir a desfilar en las calles con ella, siendo víctimas de burla. Estas además se caracterizaban por estar selladas de la boca, algunas incluso tenían pinchos que atravesaban la lengua para clavarse en el paladar, obligando a las víctimas a mantener la boca cerrada sin poder comer. Las heridas podían ser tan graves que le provocaban la muerte.
Conforme avanza la película, ya disponible en Netflix, descubrimos que los cuerpos le pertenecían a los dueños de la casa, quienes asesinaba a los niños del vecindario con crueles métodos, por lo que el pueblo decidió vengarse con la muerte y castigos como el uso de estas máscaras. Al final, nadie lograría escapar del oscuro pasado de esta familia, ni siquiera los protagonistas. ¿Encontraste otro detalle en la casa?