David Fincher rápidamente se convirtió en uno de los autores estadounidenses más interesantes de la década de los 90. Al igual que Quentin Tarantino, el realizador alcanzó éxito entre las audiencias con películas como Se7en y El club de la pelea, aumentando cada vez más la apreciación de los espectadores por sus thrillers y estremecerlos con intensas historias. De su periodo más reciente como director, una de las cintas más queridas por los cinéfilos es sin duda Gone Girl.
Perdida, por su nombre en México, es la película de 2014 protagonizada por Rosamund Pike y Ben Affleck como los Dunne, un matrimonio que se vuelve mediático luego de la desaparición de la esposa. La épica historia de venganza y locura entre una pareja continúa siendo símbolo de fascinación por algunas personas, pero definitivamente lo que enaltece al personaje dentro de la historia es la interpretación de la actriz británica.
Su actuación fue tan sobresaliente que incluso le consiguió a Pike una nominación al Oscar en 2015 a Mejor actriz. Si bien no lo ganó, su retrato de Amy Dunne, una mujer engañada y vengativa a costa de todo, permanece como una de las interpretaciones femeninas más elogiadas de los últimos tiempos, pero detrás de cámaras no todo fue tan fácil para la actriz. Si ya has visto la película, seguramente recordarás que vemos a la protagonista pasar por varios cambios de looks.
Hay una parte de la película en la que vemos cómo Amy comienza a ingerir alimentos y bebidas que la hagan subir de peso con tal de que no la reconozcan como la mujer perdida que buscan sin cesar a nivel nacional. De acuerdo con la también actriz de Orgullo y prejuicio, durante el rodaje de la cinta tuvo que bajar y subir seis kilos en tres ocasiones, pues a lo largo de la historia podemos verla subir y bajar de peso para lograr que nadie sepa que realmente es la esposa de Nick Dunne.
La protagonista de Descuida, yo te cuido declaró en una entrevista para Vulture en 2014 que fue un proceso bastante demandante y complicado para su cuerpo, pues no solo tuvo que perder y subir de peso una ocasión, sino tres veces. “Tuve que ser más delgada en Los Angeles y tener más peso en Los Ozarks; luego tuve que subir y bajar otra vez en el estudio”, comentó la actriz “Cada vez tuve solo dos semanas para hacerlo, fue muy intenso. Era como si mi cuerpo se convirtiera en un laboratorio de química y no podía escapar de él”, confesó.
Quizás el procedimiento más sencillo fue subir de peso, pues se la pasaba comiendo hamburguesas y malteadas (¿a quién no le gustaría eso?), pero para poder disminuir su volumen corporal tuvo que entrenar box con un profesional diariamente y las prácticas duraban hasta cuatro horas por día, así que fue un proceso muy agotador para ella. También protagonizada por Emily Ratajkowski y Neil Patrick Harris, recuerda que puedes encontrar Gone Girl en Netflix.