Hace una semana que el live-action de One Piece se estrenó en Netflix con el mexicano Iñaki Godoy en el protagónico y los detalles no pasaron desapercibidos por los fans del manga y anime. Por ejemplo, ¿se dieron cuenta que Luffy no usa sandalias y en la serie si tiene calzado? Lo hicieron para proteger a Godoy de cualquier lesión. Pero lo más importante es que Eiichiro Oda, el mangaka de esta historia, le trazó a la plataforma una condición bastante estricta.
La primera temporada, que consta de ocho episodios, en el que entenderemos cómo Monkey D. Luffy heredó el Sombrero de paja y se obsesionó con convertirse en el rey de los piratas junto a una tripulación donde Roronoa Zoro (Mackenyu) se erige como el Nakama y tripulante del Going Merry más espeluznante. Se trata de una adaptación rápida del primer arco, el East Blue, donde nuestros corsarios favoritos emprenden su aventura en busca del tesoro de Gold D. Roger, el antiguo rey pirata.
Abordo del navío, Nami (Emily Rudd), una astuta bandida, destaca como la única mujer rodeada de hombres y como sabemos que a Hollywood le encanta agregar drama a sus adaptaciones, Oda impuso una regla para que no estropeara su obra que hasta ahora lleva mil 91 tomos publicados: ¡prohibido agregar triángulos amorosos! Pues claro, los Sombreros de Paja no son los protagonistas de Riverdale como para que hagan esos enredos dramáticos.
“Una de las condiciones de Eiichiro Oda para la adaptación live action fue que no hubiera un 'romance entre los miembros de la tripulación'. Es difícil que Zoro y Nami tengan una relación romántica”, dijo Steven Maeda, productor de la serie, para el portal TVGroove, una condición estricta por parte de Eiichiro, quien se encargó de elegir al mexicano como su protagonista debido al parecido que encontró con su personaje principal.
Desde que Oda escribió One Piece tuvo claro que no iba a involucrar temas del corazón por tratarse de una historia dentro del género shonen (para adolescentes hombres) y no un shoujo (para mujeres), como sí lo es Rozen Maiden, Nana, School Days u otros. Así que, Nakamas, olvídense de ver alguna interacción romántica entre Zoro y Nami. Simplemente no sucederá. La segunda temporada de One Piece ya está escrita, pero su aprobación depende de Netflix.