Netflix no decepcionó y el live-action se mantuvo lo más fiel posible al material original de One Piece, una apuesta arriesgada para la compañía, considerando que son formatos audiovisuales muy diferentes entre sí. Pero hay una escena en esta temporada que fue aplaudida por los fans y que incluso hizo llorar a Eiichiro Oda, creador de Luffy (Iñaki Godoy) y los piratas sombrero de paja. Para realizar esta secuencia, la plataforma recurrió a un mismo recurso que emplearon Craig Mazin y Neil Druckmann en The Last of Us.
A lo largo de los años, los cineastas han tomado de inspiración animes y videojuegos que se convirten en éxito, pero las producciones no siempre son lo que los fans esperan debido a las modificaciones que sufre la historia y sus personajes. En las adaptaciones de anime, la decepción es mucho más frecuente, ya que los realizadores no solo deben mantener la esencia de la serie, sino también del manga. El equipo de producción debe ingeniarselas para traducir esos elementos y llevarlos al lenguaje cinematográfico, pero solo unas cuántas producciones han logrado resolverlo a la perfección. One Piece es uno de ellos.
Cualquiera que haya visto el anime de Eiichiro Oda, está acostumbrados a los elementos fantásticos así como a sus exóticos personajes, pero en un live-action estos podrían verse un poco ridículos. Netflix no solo se enfrentó al reto de sintetizar el primer arco, sino que también tuvo que invertir una gran cantidad de dinero para recrear a la perfección cada uno de los escenarios y vestuarios. Por supuesto tuvieron que renunciar a elementos básicos como la nariz de Usopp (Jacob Gibson) o las cejas de Sanji (Taz Skylar), pero siguieron el ejemplo de The Last of Us y presentaron varios momentos esenciales de la historia.
La serie de HBO Max, es una de las pocas adaptaciones de videojuegos que logran tener contentos a su público a pesar de las modificaciones que hicieron, como la incorporación de la historia de Bill (Nick Offerman) y Frank (Murray Bartlett) o el incómodo beso del clicker. Pero, si algo caracterizó a la serie es que varias de las escenas eran recreadas tal y cómo suceden en el videojuego, plano por plano, palabra por palabra, incluso el uso de cámara nos hacía sentir como si estuvieramos jugando un partida de The Last of Us, algo que emocionó a los fans. Netflix rescató esa cualidad y la ejecutó en One Piece, dándonos una de las escenas más impactantes.
En la serie hay un momento en el que Nami (Emily Rudd), le pedía ayuda a Luffy tras apuñalarse su tatuaje de Arlong, quien de inmediato le da su tesoro, su sombrero, y le dice "por supuesto". Esa frase basta para que sus tres compañeros, Zoro (Mackenyu), Sanji (Skylar) y Usopp (Gibson), comprendan que es momento de luchar contra el temible tiburón.
La escena es idéntica al del anime, a excepción de que ocurre de noche, pero incluso Oda admitió haber llorado cuando la vió por primera vez en el live-action. Este momento conmovió a los fanáticos, porque es a partir de este instante cuando ya no puedes abandonar el barco. Un momento que ganó la aprobación del fandom y que hizo a One Piece una de las mejores adaptaciones de Netflix.