Han pasado más de 10 años desde que el MCU se creó con el lanzamiento de Iron Man en 2008. Podríamos decir que gracias a Jon Favreau y su sorprendente dirección, fueron los responsables de ampliar la saga con su exitosa película. Una década más tarde y 32 películas después, así como otra línea de series televisivas, Marvel es un gigante dentro de la industria cinematográfica, pero estuvo a nada de que se le fuera la oportunidad de lograrlo.
Mucho tiempo antes de que Robert Downey Jr. iniciara como Iron Man, Marvel se encontraba en completo fracaso y buscaba cualquier solución que los sacara a flote aunque fuera por un periodo corto de tiempo. Fue así que abrió la cartera de sus personajes y ofertó los derechos para que fueran comprados por otros estudios. En los años 90 absolutamente cualquier personaje de los cómics creados por Stan Lee y Jack Kirby estaba disponible, pero en realidad no eran interesantes para las productoras.
Eso sí, había una excepción, ¿ya te imaginas cuál es? Sí, se trata de Spider-Man, el amigable vecino de los barrios neoyorquinos. Los derechos de X-Men y Los Cuatro Fantásticos ya habían sido adquiridos por lo que en aquel entonces era 20th Century Fox, pero aún quedaba el superhéroe arácnido y éste llamó la atención de Sony. Yair Landau, que en la década de los 90 fue parte clave del trato entre Sony y Marvel, reveló en el podcast The Journal que a la compañía productora realmente no le importaba otro personaje más que él.
Landau aseguró que su propuesta para Sony era que compraran los derechos de todos los personajes para realizar un sinfín de producciones cinematográficas, pero los directivos de Sony sólo estaban dispuestos a comprar a Peter Parker: “Me dijeron ‘A excepción de Spider-Man, a nadie le importa los demás’”, confesó. Fue así que le ofrecieron a Marvel 25 millones de dólares únicamente por él, pero la empresa de cómics se ofendió y suspendieron el trato.
Sin embargo, era tanta su necesidad de salir de la bancarrota que meses después reanudaron las negociaciones y aceptaron vender los derechos de Spider-Man, algo que aún conservan y trajo diversos problemas a Marvel Studios con la creación de su MCU, pero que eventualmente solucionarían; sólo así pudimos ver a Tom Holland como Spidey junto a los Vengadores en Capitán América: Civil War y en su propia trilogía, además de la confirmación del multiverso con las otras versiones de Tobey Maguire y Andrew Garfield.
En caso de que Sony hubiera comprado todos los derechos, el destino habría sido muy diferente y en estos momentos no existiría el MCU; tal vez ni siquiera Marvel Studios. Fue un golpe de suerte para la empresa de cómics, ya que estuvieron a punto de perderlo absolutamente todo y jamás habrían alcanzado el éxito contundente y millonario que han recaudado desde 2008.