Cuando piensas en películas de terror, probablemente te vienen a la mente muchos directores como George A. Romero, John Carpenter, Wes Craven, David Cronenberg y James Wan, pero probablemente no Wes Anderson. Sin embargo, el rey del cine excéntrico, colorido y simétrico fue una de las principales inspiraciones cinematográficas para el director Samuel Bodin en su primer largometraje, Toc Toc Toc: El sonido del mal.
La nueva película de terror, que llega a las salas de Cinépolis y Cinemex este jueves 24 de agosto, se centra en Peter (Woody Norman), un niño que está atormentado por un misterioso y constante ruido que proviene del interior de la pared de su dormitorio; un golpe que sus padres insisten que está en su imaginación. A medida que el miedo de Peter se intensifica, cree que sus padres (Lizzy Caplan y Antony Starr) podrían estar ocultando un secreto terrible y peligroso.
Cuando los padres intentan repetidamente restar importancia a los ruidos perturbadores, el niño se encuentra atrapado entre su imaginación y una creciente desconfianza hacia sus padres. Una desconfianza que se ha convertido en uno de los temas relevantes en la filmografía de Wes Anderson. Películas como Los excéntricos Tenenbaums y Moonrise Kingdom se centran en familias disfuncionales y en los desafíos que enfrentan para reconciliar sus diferencias.
La inusual influencia de Wes Anderson en la película de terror 'Toc Toc Toc'
Pero no sólo la ambigüedad y amplitud de las relaciones familiares que ha trabajado el director de Viaje a Darjeeling y Asteroid City son un referente para el joven cineasta al momento de elaborar el guión de Toc Toc Toc, sino que también hay una influencia estilística: "Hay muchos movimientos planos, como a la manera de Wes Anderson", le dice Bodin a la revista SFX en el nuevo número impreso.
El también creador de la terrorífica serie francesa Marianne, que puedes ver en Netflix, revela que el director texano ha sido durante mucho tiempo una gran influencia para él, y señala: "Puedes tomar algunas cosas que nos enseña y llevarlas al género de terror. Definitivamente trató de desarraigar las películas, y creo que es una forma muy hermosa de contar historias. Cuando dirijo una historia de terror, normalmente muchas de las referencias de las que hablo con el equipo no son de terror en absoluto, sino de otras atmósferas".
Al darle vida al guión de su más reciente película, Bodin aportó deliberadamente una perspectiva ajena a lo que es una historia estadounidense. Recuerda cómo, cuando leía libros de Stephen King a los 12 años, su imagen mental del Maine del autor estaba naturalmente distorsionada. "Así es como proyecto a Estados Unidos en la pantalla de mi cabeza. Así que cuando llegó el guión dije: 'Está bien, es así. No es la realidad. No son Estados Unidos, es mi proyección'. Realmente decidí aceptar eso".