Drácula: Mar de sangre forma parte de las películas que llegan a la cartelera de Cinemex y Cinépolis esta semana. Con tantas adaptaciones a lo largo de los años del vampiro, como Drácula, de Bram Stoker, Drácula: La historia jamás contada, hasta la franquicia de Hotel Transylvania de Dreamworks, hay una cinta destaca del resto, y no precisamente por ser una obra maestra, sino por mostrar una de las versiones más cómicas y locas del mítico vampiro.
Se trata de Renfield: Asistente de vampiro, una película de comedia que llegó a los cines en abril de 2023. En esta versión de la novela de Bram Stoker, encontramos a R.M. Renfield (Nicholas Hoult), el asistente del mismísimo Conde Drácula (Nicolas Cage). Renfield hace todo lo posible para que su amo se alimente, su fiel seguidor se ha cansado y agotado de traer víctimas a Drácula, así como de sus múltiples abusos. Tras siglos de servidumbre, Renfield está listo para descubrir si hay vida lejos de la alargada sombra del Príncipe de las Tinieblas. Pero hay un problema: Renfield no sabe cómo romper su tóxica relación con el vampiro.
Quien destaca por una interpretación demencial y caótica del vampiro más famoso es Nicolas Cage. De hecho, es bien sabido que el actor de La leyenda del tesoro perdido y Hechizo de luna es sumamente profesional con cada uno de sus papeles. Comprometido con la causa vampiresca, el ganador del Oscar hizo todo lo posible para convertirse verdaderamente en el Conde Drácula en la comedia de terror, y esto significó, hacer una serie de modificaciones en su cuerpo.
El maquillador de la película Renfield: Asistente de vampiro, Christien Tinsley, reveló que Cage fue más allá de los límites y optó por afilarse los dientes de forma extremadamente delgada para así poder usar una dentadura adecuada para su personaje de vampiro. "Nic quería emular y hablar como un auténtico vampiro, por lo que era importante que sus carillas fueran tan delgadas como fuera posible", dijo Tinsley, explicando que la tecnología le permitía hacer ajustes rápidos a las dentaduras postizas afiladas cuando era necesario.
Como todo un experto, Cage cuidó cada uno de los detalles. Además, el actor de Ghost Rider: Espíritu de venganza también pasó más de tres horas diarias en la silla de peluquería y maquillaje para transformarse en el vampiro. "La cabeza de Nicolas estaba llena de prótesis, dentaduras postizas, cuerpo completo, torso, brazos, manos y uñas", señaló el maquillista de la película. Y para hacer su actuación más creíble, Nicolas Cage se mantuvo en el personaje durante todo el tiempo que estuvieron filmando la película, incluso cuando la cámara no estaba enfocada en él.