Harry Potter ha dado algunas escenas a sus fanáticos que han quedado para siempre en sus mentes. Mientras unas de ellas son demasiado tristes como la muerte de Dobby, el querido elfo doméstico que apareció por primera vez en Harry Potter y la Cámara Secreta, otras son más felices, como la secuencia del Baile de Navidad en Harry Potter y el Cáliz de Fuego, donde los personajes de Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grint se ponen sus mejores ropas.
Con decenas de escenas asombrosas a lo largo de toda la franquicia, hay una que, por el contrario, se lleva un premio especial como la escena que más vergüenza ajena ha dado a la audiencia. Esta incómoda secuencia tiene lugar en la sexta entrega en Harry Potter y el Príncipe Mestizo, y son Ginny Weasley (Bonnie Wright) y Harry quienes protagonizan este momento completamente innecesario que bien pudo haber formado parte de las escenas que tuvieron que quedar fuera y que únicamente los verdaderos potterheads conocen.
Se trata del extraño momento cuando Ginny se agacha para amarrar el cordón de los zapatos de Harry y seguramente tú también lo recuerdas. Cuando Ginny sube las escaleras de la Madriguera Weasley, ella se detiene para desearle a Harry una Feliz Navidad y posteriormente procede a atar las agujetas de sus zapatos. El momento se pone aún peor por la patética reacción de Harry, con un silencio total que domina la escena mientras Ginny termina su trabajo con los zapatos. Luego, cuando los dos casi se besan, son interrumpidos por un ataque de los mortífagos. Interesantemente, esto no sucedió en los libros y tampoco es una adición necesaria para la cinta.
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Tratando de hacer un esfuerzo inútil por recrear la tensión romántica que existe entre Harry y Ginny, la escena termina siendo aún más incómoda para los espectadores. Además de ser una secuencia tremendamente mala, el momento representa un problema más grande ya que uno de los personajes femeninos más importantes de la franquicia se reduce a nada más que un interés amoroso, sin nada más que aportar a la trama de las películas.
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Este extraño momento es una de las muchas evidencias que dejaron en claro que el personaje de Ginny quedó casi completamente omitido de la franquicia y le restaron la importancia que sí tiene en las novelas de J.K. Rowling. Más allá de ser "la novia de Harry" o de haber sido poseída por el horrocrux del diario de Tom Riddle en Harry Potter y la Cámara Secreta, Ginny parece haber quedado borrada de la mayor parte de la saga con este tipo de escenas vergonzosas.
