Este fin de semana llegó a cines de México Háblame, la cinta más reciente de A24 que ha causado gran revuelo entre los espectadores por pertenecer al estudio que trajo a la pantalla grande cintas como La bruja y Viene de noche. Sin embargo, por más que el reconocimiento y éxito de la película se atribuya a su integración al catálogo de la distribuidora estadounidense, las raíces australianas de la cinta y la visión de sus cineastas fueron las que llevaron a la producción a ser el fenómeno que es actualmente.
Háblame marca el debut directorial de Danny y Michael Philippou, dos creadores que comenzaron a emplear su talento en YouTube y cuyo trabajo los llevó a provocar una guerra de apuestas en el Festival de Sundance para ver quién adquiriría los derechos de distribución de su cinta. Mostrando una historia en la que un grupo de amigos invocan espíritus a través de una mano embalsamada, el par de directores australianos se ha convertido en la sensación de todos los fanáticos del horror a nivel mundial.
Aunque haya sido lanzada en 2023, la nueva entrega de A24 sigue manteniendo algunas de las características principales del cine de terror australiano. Llamada la Nueva Ola Australiana, las películas de los años 70 y 80 se dividieron en dos subgéneros: el gótico australiano, que mostraba narrativas de amenazas sobrenaturales; y las cintas ozploitation, que eran producciones de bajo presupuesto que mezclaban comedia con horror, además de violencia explícita, sexo y hasta acción que caía en lo gore.
Lionsgate Films
El enigma en las rocas colgantes y Jabalí son dos películas sobresalientes de ambos subgéneros, respectivamente, pero esas fueron tan solo algunas de las que fungieron como las bases para el futuro del cine de horror en dicha nación. Años más tarde llegarían las obras de James Wan con el nuevo milenio, siendo El juego del miedo mejor conocida como Saw, la más notoria de todas. Esta no solo inició una grande saga, sino que además encontró bastante éxito comercial a pesar de su visceralidad que remontaba al ozploitation.
Causeway Films
Pero el cine australiano encontró una vez más el reconocimiento en 2014 con el estreno de Babadook, una cinta dirigida por Jennifer Kent que, curiosamente, también fue su ópera prima. Ganando algunos galardones en Estados Unidos, esta historia sobre un monstruo de literatura infantil también retoma las raíces del horror de su país y fue nombrada por William Friedkin, director de El exorcista, como la cinta más terrorífica que había visto en su vida.
A24
Retratando el duelo de una madre y su hijo, el largometraje comparte similitudes con Háblame en términos narrativos, tomando como inspiración el anhelo por un familiar que ya ha partido al más allá; al igual que en Relic: Herencia maldita, en donde una abuela con demencia es vinculada con una presencia maligna que trasciende generaciones en un mismo hogar. Podríamos decir que el terror australiano aún mantiene las bases de la Nueva Ola Australiana, mientras que cada vez pule más su manera de presentar el horror de manera práctica.
