Si te gustan las películas de acción, seguramente conoces a la perfección el trabajo de Jason Statham, quien nos ha hecho gritar de emoción con asombrosas escenas en El transportador 2, La carrera de la muerte y recientemente Rápidos y furiosos X. Aunque nada se compara con la saga de Megalodón, donde curiosamente, nos ha estado engañando, pues estos extintos animales marinos se alimentaban de otras criaturas y no precisamente de humanos.
Por supuesto nos queda claro que las películas de Megalodón están hechas con el único fin de entretenernos y ayudarnos a dejar de pensar en la escuela y el trabajo mientras nos acomodamos con una caja enorme de palomitas. A pesar de esto, debemos aclarar que la dieta de estas criaturas iba conforme a su tamaño de acuerdo a un estudio publicado en Science Advances.
“Estamos acostumbrados a pensar en las especies más grandes (ballenas azules, tiburones ballena, incluso elefantes y diplodocos) como filtradores o herbívoros, no como depredadores”, aseguró Emma Kast, graduada en geociencias y primera autora de un estudio publicado en Science Advances.
Y agregó: “Pero el Megalodon y los otros tiburones megadentados eran carnívoros realmente enormes que se comían a otros depredadores, y Meg se extinguió hace solo unos pocos millones de años”.
La verdadera dieta del Megalodón no eran los humanos
Con estos datos científicos sobre la mesa, debes saber que los Megalodones preferían de presas que pudieran llenar su barriguita, no esqueléticos humanos. Es así como disfrutaban de comer diversos peces, ballenas barbadas, ballenas dentadas (ancestros de los cachalotes, delfines y orcas), además de algunos manatíes y focas.
¡Ahora lo sabes! Aunque lucen aterradores en las películas de Megalodón, estas criaturas preferían ballenas o peces de enormes dimensiones para saciar su apetito. Por supuesto al ser carnívoros, no desaprovecharían la oportunidad de comerse a quien se le cruzara en el camino.