En la actualidad Brad Pitt se destaca como una de las estrellas más reconocibles a nivel mundial con enormes éxitos en su historial, incluyendo Troya, El club de la pelea, El curioso caso de Benjamin Button y Había una vez... en Hollywood. Pero a finales de la década de 1980, cuando uno de sus primeros grandes proyectos -Thelma & Louise, protagonizado por Susan Sarandon y Geena Davis- apenas era una brillante idea de Ridley Scott, Pitt era simplemente un "pueblerino de Muskogee" que vivía en Los Ángeles y trataba de salir adelante día a día como un joven actor en apuros que anhela conquistar Hollywood.
En esa época, Pitt vivía en un pequeño apartamento en el edificio Klump Regency de North Hollywood. Su compañero de cuarto en ese momento era el actor Jason Priestley, que aún no había conseguido el papel decisivo de su carrera como Brandon Walsh en Beverly Hills, 90210. Ambos vivían con salarios exiguos mientras actuaban como extras y realizaban trabajos ocasionales. Pitt trabajó brevemente como chofer de strippers. "Vivíamos de fideos Ramen, pasta y cerveza barata, del tipo que venía en latas blancas con la etiqueta ‘cerveza’, y cigarrillos Marlboro Light… Estábamos en la ruina", escribió Priestley en sus memorias homónimas de 2014.
Brad Pitt y Jason Priestley organizaban desafíos poco higiénicos
Como diversión, incluso tenían peculiares desafíos que les permitían olvidar su dura realidad. El dúo a veces competía por los mismos papeles, ya que ambos aparecieron en la serie de policías encubiertos 21 Jump Street. Había un sentido amistoso de competencia entre ellos, pero no se detuvo en el sofá del casting. "Sólo por diversión, solíamos tener competencias sobre quién podía pasar más tiempo sin ducharse ni afeitarse", admitió Priestley.
Priestley añade que, según sus recuerdos, Pitt fue el ganador de la "competición" de resistencia en esta extraña apuesta. Ambos estaban en la búsqueda constante de oportunidades de audición para avanzar en sus carreras, lo que a menudo requería ajustarse a estándares mínimos de higiene para impresionar en las presentaciones. "Brad siempre ganaba. Tener que ir a una audición significaba bañarse y afeitarse, que es lo que suele poner fin a la racha".
A mediados de 1988, el actor de Sr. y Sra. Smith y Babel se mudó a otro departamento en West Hollywood e invitó a Priestley a ser su compañero de cuarto. Sin embargo, cuando los puestos de actor se agotaron debido a una huelga del Sindicato de Escritores, Priestley rechazó su oferta y se mudó temporalmente a Vancouver. "Nuestras carreras tomaron direcciones tan diferentes que perdimos el contacto", escribió Priestley sobre su relación.
Aunque esos tiempos fueron difíciles, la perseverancia de Pitt y Priestley finalmente rindió frutos. Con el paso de los años, ambos se han consolidado como veteranos de Hollywood y estrellas de renombre. "Brad se fue y estaba haciendo películas en todo el mundo, y yo estaba como atrapado en un lugar haciendo un programa de televisión, y fue en los días anteriores a las computadoras. De alguna manera destrozó todo nuestro grupo de amigos que teníamos. El hecho de que los dos nos fuéramos y nos volviéramos extrañamente famosos: teníamos un buen grupo de amigos y, de repente, todos nos disipamos, y fue triste", recuerda con nostalgia el también actor de Calendar Girl.