Si bien es genial e impactante, la batalla entre un Megalodón y T-Rex que aparece en Megalodón 2: El gran abismo es poco probable que esto haya ocurrido. La franquicia de aventuras y acción marítimas no se caracteriza por su precisión científica: la primera entrega, dirigida por Jon Turteltaub en 2018, adaptó Meg: A Novel of Deep Terror, el libro de Steve Alten, pero prefirió las emociones a los hechos. El éxito de taquilla de 2018 vio a Jonas Taylor (interpretado por Jason Statham) unirse a un equipo de buzos y biólogos marinos para detener al tiburón prehistórico titular, que había emergido de la fosa de las Marianas.
Además de tiburones gigantes, la secuela, que podrás disfrutar en las salas de Cinépolis y Cinemex a partir de este jueves 3 de agosto, promete dinosaurios colosales. Desafortunadamente para aquellos que esperan el rigor científico e histórico, algunos de los mejores momentos de la película no son creíbles, y mucho menos posibles. Un personaje que salta al océano desde un helicóptero en movimiento y aparentemente sobrevive sólo rasca la superficie.
El enfrentamiento del Megalodón contra el T-Rex que ocurre al comienzo de la película no sería necesariamente posible, y no por las razones que los espectadores podrían suponer razonablemente. Por sorprendente que parezca, un Megalodon sería lo suficientemente grande como para derribar a un T-Rex con un poderoso mordisco, si los dos alguna vez se encontraran. Al menos, el director de la película, el británico Ben Wheatley, lo plasma en pantalla de manera astuta.
Warner Bros.
T-Rex y Megalodón no coincidieron en tiempos prehistóricos
La premisa misma de la batalla depende de la suposición de que Megalodón y Tyrannosaurus podrían haberse cruzado. Sin embargo, el T-Rex se extinguió hace 65 millones de años, mientras que el Megalodón vivió hace entre 23 y 4 millones de años. En ese sentido, la película engaña a los espectadores cuando se trata de la línea de tiempo de la vida prehistórica. Dicho esto, la batalla épica (que recuerda a Godzilla vs Kong o Alien vs Depredador) no es una mentira total: la familia de los Megalodones a la que pertenecía se ramificó a principios del período Cretácico cuando los dinosaurios todavía existían.
Usando este conocimiento evolutivo como punto de partida, la película sugiere correctamente que los dinosaurios, en general, compartieron la Tierra con el Megalodón en un momento de la historia. Por supuesto, esa no es la única excusa posible para la secuencia. La escena que presenta a un T-Rex corriendo hacia un Megalodón también muestra a un par de dinosaurios mucho más pequeños peleándose por la comida. Más adelante se puede ver a los mismos dinosaurios atacando a un humano, por lo que la pelea descabellada tiene lugar en el escenario contemporáneo de la película, que también cuenta con las actuaciones de Jing Wu, Sienna Guillory y Shuya Sophia Cai.
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Incluso si la batalla Megalodón vs. T-Rex ocurriera en la prehistoria, la secuencia no sería completamente imposible. Se toma algunas libertades con los períodos en los que estas dos criaturas estaban vivas, pero existe la posibilidad de que un análogo temprano del Megalodón pudiera haber coexistido con el T-Rex. Si ese T-Rex habría sido lo suficientemente temerario como para chocar con la boca abierta de un tiburón prehistórico es otra discusión, pero la ciencia y la historia que sirvieron para inspirar a Megalodón 2 podrían, en teoría, no ser tan inverosímiles.
