El director Ric Roman Waugh tenía casi 50 proyectos en su haber como doble y coordinador de dobles de acción antes de dedicarse a la dirección. Después de una serie de trabajos de acción relacionados con la prisión, incluyendo El infiltrado, Waugh comenzó una fructífera colaboración con el actor Gerard Butler en un momento en que el protagonista de 300 buscaba profundizar en los personajes de acción que interpretaba. Fue el aclamado thriller El día del fin del mundo el que mostró las verdaderas posibilidades de esta dupla de actor y director, al darnos un personaje de Butler complejo y en capas, que era heroico y profundamente defectuoso.
Tres años después actor y director se reencuentran en Escape bajo fuego, cuyo camino para filmarse tenía que construirse, literalmente. El thriller de espionaje, que ya puedes disfrutar en las salas de Cinépolis y Cinemex a partir de este fin de semana, está protagonizado por Butler como el agente de la CIA, Tom Harris, convertido en el más buscado de Afganistán después de que un denunciante expone su operación. Aunque el título de la película hace referencia a la ciudad afgana, fue Arabia Saudita la que reemplazó los pintorescos paisajes que se ven en la película.
Estos son los elementos que 'Escape bajo fuego' comparte con 'Rápidos y Furiosos'
La producción se basó en Al'Ula, ubicada en la provincia de Medina del país de Medio Oriente, para filmar sus sorprendentes secuencias del desierto, muchas de las cuales requirieron la construcción de infraestructura de apoyo antes del rodaje. Una situación muy parecida a la que vivió el director James Wan en 2015 cuando encabezó la filmación de Rápidos y Furiosos 7 en varias locaciones de Medio Oriente que incluyeron los monumentales y fascinantes desiertos de Liwa, Al Khatim y Sweihan.
"Ahora puedo construir cualquier camino, en cualquier lugar", dice Félix Rosell, gerente supervisor de locaciones radicado en España cuyo trabajo incluye Éxodo: Dioses y reyes de Ridley Scott, Blade Runner 2049 de Denis Villeneuve y la serie de Netflix ganadora del Emmy, Black Mirror. Es en estas áridas vistas donde Tom Harris, junto con su traductor afgano Mo (Navid Negahbhan), son perseguidos por fuerzas externas, incluido un asesino mortal en motocicleta llamado Kahil (Ali Fazal).
Una consideración clave para la búsqueda de locaciones fue la logística. "No puedes irte demasiado lejos de las principales ciudades porque cuando vas en medio del desierto, puede ser una pesadilla", dice Rosell sobre la película que retoma el guión de Mitchell LaFortune, un exoficial de defensa que sirvió en Afganistán (aquí puedes conocer más sobre su historia que sirvió como fuente de inspiración). "Lo bueno para nosotros es que Al'Ula tiene muchos tipos diferentes de paisajes, y pudimos encontrar todo dentro de una hora desde nuestra base".
Lo que hace que la película sea atractiva es la forma compleja de representar la geopolítica de Medio Oriente y la crítica que el también director de Agente bajo fuego lanza contra los intentos de Occidente por simplificar los conflictos de la región ignorando sus múltiples matices. Y aunque Escape bajo fuego se parece un poco a Tom Clancy (por la intriga política) y un Rápido y Furioso (por las incesantes persecuciones y explosiones) basado en el desierto, queda mucha reflexión justificada sobre la forma en que la codicia ha destrozado la región.