Cuando la mayoría de los cinéfilos escuchan las palabras film noir (cine negro), probablemente piensan en películas del período clásico del género en las décadas de 1940 y 1950: el insistente Humphrey Bogart en El halcón maltés, la mujer fatal de Barbara Stanwyck bajando las escaleras en Pacto de sangre de Billy Wilder o las olas de intriga y suspenso en La noche del cazador. Pero el noir no se limita a un solo período de tiempo, ni se trata solo de historias de crímenes.
Se siguen haciendo "películas oscuras", con temas y estilos del film noir filtrados a través de una variedad de géneros, incluida la ciencia ficción. Blade Runner, protagonizada por Harrison Ford y Rutger Hauer, es, por supuesto, el ejemplo más obvio de esta fusión y un pilar en la lista de cualquier fanático del cine, pero la ciencia ficción noir va mucho más allá del clásico de Ridley Scott.
Mezclar cine negro y ciencia ficción no es fácil. El estilo sombrío del primero no siempre se traduce en una versión interesante del segundo. Pero en el cine, tienen el potencial de mantener la química perfecta para formar un telón de fondo capaz de sustentar historias convincentes. Esta combinación funciona magistralmente en una extraordinaria película que fracasó en taquilla cuando se estrenó en 1998, pero fue una fuerte influencia para otras cintas aclamadas como The Matrix y El origen.
'Ciudad en tinieblas' se convirtió en una referencia de la ciencia ficción contemporánea
Se trata de Ciudad en tinieblas, película dirigida por Alex Proyas que vincula extraterrestres y tecnología extravagante con una historia noir estándar sobre un amnésico que recupera su identidad. Rufus Sewell interpreta a John Murdoch, quien se despierta en el baño de un hotel sin memoria justo cuando una llamada telefónica del Dr. Schreber (Kiefer Sutherland) lo insta a huir de los hombres con gabardina que vienen a buscarlo. Lo que sigue es una historia retorcida que va mucho más allá de los políticos corruptos y gángsters, hasta los extraterrestres entrometidos.
New Line Cinema
La película de Proyas es, conceptualmente hablando, la primera parte de la trilogía de las hermanas Lilly Wachowski y Lana Wachowski. Ambos filmes tratan sobre máquinas insidiosas que pueden borrar el sentido de identidad de uno y robarle su agencia. En los dos casos, las máquinas son supervisadas por una fuerza malévola: están dirigidas por extraterrestres inescrutables en Ciudad en tinieblas y por la poderosa IA en Matrix.
Por su parte, Christopher Nolan ha reconocido que El origen se inspiró en parte en Ciudad en tinieblas. Antes de que saliera su éxito alucinante, Nolan le dijo a Los Angeles Times que su película era un retroceso temático: "Creo que cuando comencé a intentar hacer que esta película sucediera, estaba muy sacada de esa era de películas en las que tenías Ciudad en tinieblas y The Matrixy, hasta cierto punto, también tenías Memento. Se basaban en los principios de que el mundo que te rodea podría no ser real".
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La naturaleza surrealista de El origen sugiere que podría ser un pariente de la combinación de neo-noir y ciencia ficción de Proyas, y hay similitudes visuales entre las dos películas. Ambos tienen paisajes urbanos que cambian ante tus ojos, con edificios que se elevan hacia el cielo de la nada, y escenas claustrofóbicas como Cobb (Leonardo DiCaprio) escapando por un callejón que parece cerrarse sobre él cuando apenas logra pasar.
Además, ambas películas hacen uso de laberintos. En la obra de Proyas, la metrópolis en sí es un laberinto del que los humanos no pueden escapar, muy parecido al que usa el Dr. Schreber para realizar pruebas en ratas. En El origen, Cobb le da a Ariadne (Elliot Page) una prueba de dibujar un laberinto, como una forma de ver la habilidad innata de Ariadne para diseñar un nivel de ensueño para su equipo de agentes de espionaje corporativo. En ambas películas, la libertad proviene tanto de darse cuenta de que existe el laberinto como de encontrar una salida.
