SAG-AFTRA, el sindicato que representa a más de 160,000 actores de cine y televisión, se declara oficialmente en huelga, y varios de los afectados expresan su apoyo. Por ejemplo, Emily Blunt dijo, antes de la decisión, que abandonaría la alfombra roja de promoción de su nueva película, Oppenheimer, para mostrar su solidaridad. Poco después, el cineasta Christopher Nolan confirmó que su elenco había abandonado el estreno debido a la "lucha por salarios justos".
Mientras tanto, Margot Robbie le dijo a Sky News en el estreno en Londres de Barbie que, como miembro de SAG-AFTRA, "respaldaría" la huelga. Jamie Lee Curtis acudió a Instagram el jueves para mostrar su apoyo, al tiempo que Riley Keough le dijo a Vanity Fair que se sentía "orgullosa de ser solidaria con mi comunidad cinematográfica, como mi segunda familia".
Pero los reflectores se centraron en Fran Drescher, quien preside la SAG-AFTRA, explicando por qué no pudieron llegar a un acuerdo con la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP), la asociación comercial que representa a más de 350 importantes estudios y gigantes del streaming.
Varias de las exigencias del sindicato respaldado por estas y muchas otras celebridades presentan paralelismos con la huelga de actores de 1980. En aquel momento, durante la primera semana de huelga (que inició el 21 de julio), The Christian Science Monitor informó que la acción había "cerrado la mayoría de las producciones de cine y televisión en los Estados Unidos".
Cabe destacar que tres películas que se estaban filmando en la ciudad de Nueva York en ese momento se suspendieron después de que las estrellas de cine Candice Bergen, Jacqueline Bisset, Liza Minnelli, Dudley Moore y Burt Reynolds no aparecieran en sus respectivos sets de filmación. El compromiso y la decisión de este grupo de actores pronto los convirtió en referentes de la huelga de 1980, así como Charlton Heston, quien se manifestó frente a las instalaciones de Paramount.
Pero pocos actores estaban tan enojados como Edward Asner (un veterano actor que probablemente sea recordado por los más jóvenes como la voz de Carl Fredricksen en Up: Una aventura de altura o el mismísimo Santa en Elf con Will Ferrell); una ira que es palpable unas cuatro décadas después. Lo que más le molestó fue el fracaso de los sindicatos no sólo para asegurar que se hicieran cumplir los derechos, sino también para establecer un sistema en el que la participación de los actores en las ganancias creciera a medida que evolucionaban los nuevos mercados.
Asner se convirtió en presidente del SAG en 1981, en gran parte como resultado de los supuestos fracasos de la huelga. El difícil contexto "condujo a los tipos de problemas que tenemos ahora, no encontrar una manera de convencer a la gerencia de qué se debe idear una fórmula aquí y ahora, en lugar de esperar dentro de tres años cuando llegue una nueva forma de maravilla electrónica". Las palabras del también actor de El inventor de juegos y Rodrick Rules resultaron proféticas bajo el contexto actual.