El Reino de la Calavera de Cristal, dirigida por Steven Spielberg, comienza con la misión que emprenden los soldados rusos en el territorio estadounidense de Nevada en 1957 para secuestrar al carismático y aventurero explorador Indiana Jones (Harrison Ford) y a su compañero George McHale (Ray Winstone) con la intención de acceder a varios restos arqueológicos y tesoros clasificados.
El guión de David Koepp y George Lucas avanza de manera dinámica con un Indy que logra escapar sólo para aterrizar en otro lío. El adolescente Mutt Williams (Shia LaBoeuf) le advierte que un amigo en común ha sido secuestrado junto con la madre de Mutt, Marion Ravenwood (Karen Allen). Con el tiempo agotándose, y los agentes rusos acercándose, el dúo se dirige a América del Sur en busca de una mítica ciudad de oro.
Al igual que sus predecesoras -Los cazadores del Arca perdida, El templo de la perdición y La última cruzada-, la cuarta película de la franquicia trata sobre la búsqueda del conocimiento; de hecho, es sobre lo que se basa la serie. A pesar de que los profesionales en la materia no comparten los métodos del arqueólogo temerario, Indy es un personaje que se compone de dos identidades: uno es el héroe de acción con látigo, pero el otro es el profesor dedicado a los libros y la búsqueda del conocimiento.
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Así como la amenaza de los nazis de películas anteriores, la líder rusa Irina Spalko (Cate Blanchett) no se da cuenta de que el conocimiento debe ganarse. Y seguro que el ignorante puede subirse a los hombros de los sabios para acceder al conocimiento, pero no debe sorprenderse si cae. Esencialmente, Spalko quiere copiar la tarea de Jones, pero al hacer trampa evidencia sus carencias en el campo de la arqueología. "¡Quiero saber todo!" dice, antes de que su cerebro se derrita bajo el peso del conocimiento infinito.
La disputa entre Indy y Spalko tiene un significado narrativo mayor si se considera que la película transmite las tensiones de la Guerra Fría. Pero también hay ecos del bombardeo atómico de Japón por parte de las fuerzas estadounidenses en agosto de 1945, específicamente cuando Spalko dice: "Ahora me he convertido en la Muerte, la destructora de los mundos". Las palabras fueron pronunciadas por Robert J. Oppenheimer después de crear la bomba atómica. Incluso, el científico es el objeto central de Oppenheimer, la nueva película de Christopher Nolan que estrenará el próximo 20 de julio.
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La referencia a la devastación muestra por qué la búsqueda de Indy es importante: para que los preciados objetos mágicos no caigan en las manos equivocadas, ya que podrían destruir a la humanidad. Y precisamente, para la quinta entrega de la saga, Indiana Jones y el Dial del Destino, nuestro héroe regresa para confrontar al ambicioso e intimidante Jürgen Voller (interpretado por Mads Mikkelsen).
