Hollywood es una industria que siempre ha dependido de los éxitos de taquilla, comenzando con El nacimiento de una nación e Intolerancia de D.W. Griffith y continuando con epopeyas como Lo que el viento se llevó de Victor Fleming, pasando por El mago de Oz con Judy Garland. Pero a partir de 1974, dos jóvenes cineastas, Steven Spielberg y George Lucas, cambiarían la forma en que la industria del cine hacía películas.
Tiburón de Spielberg y Una nueva esperanza de Lucas (ninguno de los cuales se predijo que sería un éxito) ayudaron a impulsar las carreras de dos de los directores más influyentes en el Hollywood actual. Con películas como E.T. El extraterrestre, Jurassic Park y El imperio contraataca, introdujeron la era del "blockbuster moderno", que presentaba elaborados efectos especiales y un espectáculo emocionante.
En este contexto, no es ningún secreto que las películas de Indiana Jones están llenas de pequeños guiños a Star Wars. Dado que ambas franquicias fueron creadas por Lucas, protagonizadas por Harrison Ford y propiedad de Lucasfilm, no es de extrañar que los escritores y el director Spielberg llenen sus películas con pequeños guiños para que los fanáticos se den cuenta.
Es un juego divertido para todos los involucrados. Los creadores se divierten ocultando pequeñas referencias en las escenas más inesperadas, mientras que los fanáticos pasan días enteros tratando de encontrar esos guiños escondidos. Sin embargo, las referencias pueden llegar a ser tan difíciles de detectar incluso por los fanáticos más comprometidos. Un ejemplo perfecto de estos tesoros ocultos se puede encontrar en la primera película de Indiana Jones, Los cazadores del Arca Perdida de 1981.
Al principio de la película, cuando huye de los Hovitos y su archienemigo el Dr. Belloq (Paul Freeman), Indiana Jones se sube al avión monomotor llamado OB-CPO. El nombre de la aeronave es una referencia a dos personajes icónicos de Star Wars: el maestro Jedi Obi-Wan Kenobi (Alec Guinness) y el droide C-3PO (Anthony Daniels). Esta referencia es fácil de detectar, ya que el nombre del avión aparece de forma destacada en la pantalla.
Pero hay otra alusión mucho más complicada que incluso el protagonista, con toda su experiencia arqueológica, tendría dificultades para señalar. Cuando Indiana, con la ayuda de su socio Sallah (John Rhys-Davies), se dirige a la ciudad perdida de Tanis, en búsqueda del artefacto legendario conocido como el Bastón de Ra, que revela la ubicación del Arca, llegan a un lugar enigmático. Es un antiguo templo subterráneo, lleno de estatuas de Anubis, sarcófagos y paredes decoradas con jeroglíficos, una configuración clásica del antiguo Egipto. Es a estos jeroglíficos a los que debemos prestar atención.
Mientras abren el sarcófago de roca que contiene el arca, se puede ver un pilar dorado justo a la derecha de Indiana. El pilar está decorado con una gran serpiente dorada, así como con algunos jeroglíficos. Mientras nuestro arqueólogo favorito levanta la roca que cubre el contenedor, una de las inscripciones se vuelve más visible que los demás. Es la imagen de lo que parece ser una figura humana que apunta a algo que se parece a un droide de cabeza ovalada muy familiar. El dúo no es otro que R2-D2 (Kenny Baker) y C-3PO dando un paseo por el Antiguo Egipto. Es un momento en el que si parpadeas te lo perderás.