En 2016 se estrenó Talentos ocultos, una película biográfica dirigida por Theodore Melfi que fue adaptada del libro del mismo título escrito por Margot Lee Shetterly. Protagonizada por Taraji P. Henson, Octavia Spencer y Janelle Monáe, la producción cinematográfica fue todo un éxito entre la audiencia y recibió tres nominaciones a los premios Oscar de 2017, compitiendo junto a Moonlight y Fences por la estatuilla a Mejor película.
A diferencia de First Man de Damien Chazelle que se enfoca en retratar el conflicto emocional de Neil Armstrong durante la misión del Apolo 11, la obra de Shetterly tuvo como motivo recuperar la labor de las mujeres en la NASA y su aportación para que el viaje a la luna pudiera concretarse. Conocidas como las calculadoras humanas, Katherine Johnson (Henson), Mary Jackson (Monáe) y Dorothy Vaughan (Spencer) fueron tres mujeres afroamericanas que desempeñaron la labor de calculistas en el Centro de Investigación Langley en el estado de Virginia, Estados Unidos.
Dicha sede de la NASA era la más antigua de la institución gubernamental y desde los años 40 recibió a afroestadounidenses para trabajar ahí tras el mandato que promulgó el presidente Franklin D. Roosevelt, en el que declaró que la discriminación racial debía cesar en la contratación de personal en las agencias del gobierno, así como en la guerra. Sin embargo, tal como lo hemos visto en las obras de Spike Lee, el racismo no ha terminado en la nación americana y a pesar de que ellas fueron quienes se encargaban de resolver las ecuaciones para los trayectos de las naves, los reflectores se posaron sobre los astronautas.
A ellas se les comenzó a llamar las “computadoras del ala oeste” y, al ser de raza negra, las agrupaban en un sector diferente del edificio. Dejando de lado la orden del presidente, las personas afroamericanas debían usar baños diferentes y mesas distintas en la cafetería. Como su aportación a la institución fue menospreciada, no se tiene un registro de cuántas mujeres fueron calculistas desde su inicio en 1935 y hasta 1970, pero la autora del libro tiene estimado que fueron miles de ellas, entre las que destacan las protagonistas de Talentos ocultos, que también cuenta con las interpretaciones de Kirsten Dunst y Mahershala Ali.
Pronto dejaron de solo hacer cálculos y empezaron a participar en proyectos de mayor escala, y fue así que Johnson colaboró en las misiones Apolo y Mercury, que fue la primera operación que mandó una nave tripulada al espacio, siendo la única mujer de la NASA en recibir la Medalla Presidencial de la Libertad en 2015; mientras que Vaughan se convirtió en la primera supervisora negra de la NASA; y Jackson, que se distinguió por ser la primera ingeniera de ascendencia africana en la NASA.
Más allá del protagonismo que se le da a Neil Armstrong y Alan Shepard, el libro de Shetterly se propuso enaltecer las acciones de las mujeres cuyos nombres y rostros se hundieron detrás del liderazgo masculino y el racismo sistémico en Estados Unidos. Incluso después de la creación de computadoras que pudieran realizar sus tareas, estas mujeres continuaron calculando ellas mismas, pues los números fueron su más grande pasión desde niñas.