Scarlett Johansson regresará a la pantalla grande el próximo 15 de junio con el estreno de Asteroid City, la nueva película de Wes Anderson que cuenta con un elenco multiestelar (incluyendo a Tom Hanks, Tilda Swinton y Margot Robbie) y está ambientada en la década de 1950 para narrar cómo un concurso escolar sobre la observación de fenómenos astronómicos se ve interrumpido por una serie de fenómenos que amenazan con cambiar el rumbo de la humanidad.
Si bien la carrera de la actriz estadounidense es conocida por películas taquilleras como Los Vengadores y Black Widow, su carrera también se distingue por papeles menos ostentosos, ya sea en comedias independientes o dramas serios. En 2020, por ejemplo, obtuvo dos nominaciones al Oscar por las películas Historia de un matrimonio y Jojo Rabbit en dos papeles muy diferentes: en el primero como una mujer que experimenta cómo se desmorona la relación con su marido (Adam Driver), y el otro como una madre alemana que es secretamente antinazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Pero fue hace 10 años cuando Johansson protagonizó Under the Skin, que probablemente es su gran obra maestra. Dirigida por Jonathan Glazer, la enigmática pieza de ciencia ficción cuenta la historia de una mujer que aparentemente sólo está deambulando por las calles de Escocia sin un objetivo concreto, sin embargo conforme conocemos su verdadera identidad descubrimos también sus oscuras intenciones.
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Under the Skin es un fascinante ejercicio de observación con un toque de ciencia ficción, que fusiona el horror y el misterio en una experiencia visual deslumbrante, visualmente perfecta y dramáticamente enigmática. No es una película explicativa; es una obra que le pide a la audiencia que se sumerja en visiones distorsionadas y encuentros inquietantes, trabajando hacia un destino desconocido que cuando llega no deja indiferente a nadie.
El personaje de Johansson es colocado en la Tierra con una misión que no se entiende de inmediato. Viajando en una camioneta, buscando hombres solteros, esta mujer tiene la tarea de seducir, con la esperanza de atraer a los peatones ansiosos a su automóvil con coqueteos sutiles, llevándolos a su casa, donde los atrae a un baño de un extraño líquido negro antes de regresar al trabajo. Manteniendo un flujo constante de víctimas mientras conduce a ningún lugar en particular, la protagonista comienza a sentir lo mejor y lo peor de la humanidad.
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La novela de Michel Faber ha sido repetidamente descrita como "oscuramente cómica". Durante su transición a la pantalla, la mayor parte, si no todo el humor, ha sido eliminado del material original, reinventado como una sombría experiencia de impulsos y meditación. El tono kubrickiano de Glazer (específicamente hay ecos de 2001: Una odisea del espacio) se establece de inmediato con un acto de apertura cautivador, donde vemos vagos contornos de naves espaciales y maquinaria corporal en movimiento, transformando a un ente alienígena en la mujer protagonista.
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En una entrevista con Harper's Bazaar, la también actriz de Perdidos en Tokio y La joven con el arete de perla declaró sobre Under the Skin: "Cuando veo la película, es un viaje tan personal que es difícil para mí poder salir de él y decir 'esta es una película sobre el nacimiento del miedo' o 'el amor y el sexo' o lo que sea. No puedo ver nada de eso porque me siento paralizada por el miedo y la atmósfera tan agobiante que logró confeccionar Jonathan [Glazer]".
