La Sirenita, la nueva película live-action de Disney que continúa en las salas de Cinépolis y Cinemex, elimina uno de los elementos más siniestros de la película animada original de 1989, pero hay una buena razón. La versión de Rob Marshall presenta el mundo submarino de Ariel (Halle Bailey) con sus peces parlantes, magia colorida y suntuosas coreografías.
También coloca a Tritón (Javier Bardem) como una contraparte fundamental para el crecimiento de la protagonista y le otorga un desenlace mucho más digno que no implica convertirse en un pólipo. En este nuevo filme, el rey de los océanos se convierte en polvo durante el clímax del relato, pero la película no presenta ninguna escena que muestre a humanos o seres marinos convirtiéndose en pólipos -y viceversa- como sí ocurre en la versión animada.
Hay que recordar que los pólipos son pequeños híbridos de animales similares a plantas que simplemente se sientan en el fondo del océano llorando de dolor y, en ocasiones, Úrsula los alimenta con peces muertos. Por lo general, son una cabeza unida a un tallo con raíces, pero a veces pueden ser sólo una cabeza en el suelo. Estos pólipos tienen la piel verde y los ojos amarillos (que suelen variar de tamaño). Son individuos inofensivos que se pasan el tiempo gritando de dolor en la guarida de Úrsula.
Si bien sus personalidades individuales no pueden diseccionarse por completo, teniendo en cuenta que Úrsula a menudo se aprovecha de aquellos que están desesperados, muchos de ellos son sirenas, tritones y otros seres marinos que se dejan atrapar por sus deseos, pero no pudieron encontrar la fuerza interior para cumplir sus metas por lo que recurren a la magia negra de la bruja del mar para que los ayude. Algunos de ellos también pueden ser individuos codiciosos que creían que podrían encontrar una salida fácil a sus problemas. Al final, todos pasan su tiempo llorando y gritando, esperando que otros puedan evitar su destino.
En una entrevista con ComicBook.com, Rob Marshall explicó por qué las escenas de transformación de los pólipos se eliminaron. "Sabes, si quisiera volver al cuento de hadas de Hans Christian Andersen, donde realmente están estas criaturas fuera de su guarida... se sentía como algo demasiado para que fueran personas reales... la idea de que estas plantas se convertirían en personas se sentía casi como una idea de animación, un concepto propio de ese soporte. Cuando ves a Tritón en el original convertirse en uno de ellos, más que aterrador me parece cómico".
El también director de Chicago y El regreso de Mary Poppins argumenta que la transformación de los pólipos no habría funcionado en una versión con actores de carne y hueso. "En una película live-action, está esa línea, ya sabes, hay cosas que funcionan en la animación. Hay cosas que simplemente no funcionan en el live-action. Sentí que confeccionar esa escena sería dar un paso atrás, que cruzaría esa línea en algo que resulta innecesario, incluso parecería una tontería".
El destino del Rey Tritón y la transformación de humano a pólipo no son el único cambio en el que la nueva película se distancia del clásico animado. El árbol genealógico de Ariel también se enfrenta a una seria reorganización que cambia las motivaciones de Úrsula (Melissa McCarthy), y se revela que la villana es la hermana del Rey Tritón. Fue desterrada del reino submarino y ahora busca venganza y la corona de su hermano. Dado que Úrsula originalmente es simplemente una bruja hambrienta de poder, ofrecer nuevas motivaciones ayuda a hacerla más comprensible y tridimensional, planteando incluso la posibilidad de un spin-off.