Pasaron cinco años para que Succession ascendiera a la fama y llegara a su desenlace con un episodio final digno de trofeos, posicionándose en la repisa de las mejores series junto a Los Soprano, The Wire y Mad Men. Cada domingo nos sentábamos religiosamente frente al televisor para ver las desventuras de los hermanos Roy y tras muchas discusiones y traiciones familiares, el legado de la Waystar Royco terminó con un nuevo líder al mando.
Desde el primer episodio conocimos el estilo de vida y la posición social y política que tenía Logan Roy (Brian Cox), un inmigrante escocés que llegó a Estados Unidos sin nada y construyó uno de los imperios más grandes de la nación. Pronto nos enfrentamos a la problemática central de la serie, ¿quién será el sucesor cuando él no esté? Sus hijos estuvieron peleando el puesto a lo largo de 39 capítulos y aún así nunca pudieron zafarse de la sombra de su progenitor.
Jesse Armstrong, el creador de la serie, nos presentó a Kendall (Jeremy Strong), Shiv (Sarah Snook) y Roman (Kieran Culkin) como tres personas ambiciosas que luchaban constantemente por la aprobación de su padre, incluso si eso significaba corromper sus promesas o vínculo con sus hermanos. Todas sus discusiones giraron en torno al codiciado puesto de CEO de Waystar Royco y, tras la muerte de Logan al inicio de la temporada 4, éstas se intensificaron aún más.
Ahora, durante la transmisión del último episodio nos enteramos que fue Tom Wambsgans (Matthew Macfadyen), el esposo de Shiv, el máximo ganador de la venta de la compañía ante GoJo, pues Lukas Matsson (Alexander Skarsgard) prefirió ponerlo a él como director antes que a una mujer. Eso no pudo ser posible si Siobhan no hubiera votado a favor del trato, traicionando su palabra con sus hermanos; así que esa fue la única manera de ejercer su poder y le dio la oportunidad a su pareja de dirigir el legado de su padre.
Aunque algunos tengan la idea de que Tom no debió conseguir dicho puesto, debemos recordar que fue junto con el primo Greg (Nicholan Braun) quien mejor supo jugar sus cartas. Creó alianzas con quien le dio mayor seguridad y traicionó a su propia esposa a manos de su padre. A pesar de representar un personaje desechable, poco a poco fue posicionándose como una de las piezas más importantes en la partida de ajedrez y eso lo llevó a la cima del poder, aún si tenía que pasar humillaciones frente a otros.
Si bien toda la serie nos la pasamos preguntándonos quién sería el sucesor, Armstrong fue tan inteligente que nos mostró una pista desde el inicio y nunca nos dimos cuenta. Más allá de la traición al final de la temporada 3 y la referencia a la historia griega de Nerón y Esporo, fue en el episodio 2 de la primera entrega, titulado “Sh*t Show at the F*ck Factory”, cuando el creador mostró que Tom sería el heredero de Logan.
Tras sufrir el infarto, los tres hijos se reúnen en la sala de terapia intensiva y discuten quién relevará a su padre en caso de su muerte. Debatiendo si será Kendall, Shiv o Roman, en el minuto 26:58 se preguntan “¿Entonces quién carajos será?” y alguien responde “No sé, cualquiera”, y es justo en ese preciso momento cuando hay un corte de edición y la cámara enfoca deliberadamente a Tom, quien se encuentra comiendo mientras escucha a su esposa discutir con sus cuñados. ¿Quién se iba a imaginar que ese pequeño guiño nos mostraría el trágico desenlace de la serie?