Úrsula, la imponente bruja del mar que le roba la voz a Ariel en La Sirenita, tanto en el clásico animado de 1989 como en la nueva versión live-action de Rob Marshall, no es una drag queen. Al menos según el canon oficial de Disney. Pero la creación de la icónica villana fue, de hecho, inspirada en una de las drag queens más famosas en la historia de la cultura pop.
Según el animador Rob Minkoff, Úrsula se describió originalmente en el guión como una figura parecida a Joan Collins, lo que resultó en diseños de personajes que representaban a una mujer delgada y huesuda con rasgos inspirados en el pez león o la mantarraya. Pero Minkoff, quien más tarde pasaría a codirigir El rey león, dibujó una versión mucho más voluptuosa del personaje basada en la drag queen Divine, que dominó la contracultura de la década de 1970 y es ampliamente recordada por formar parte de la filmografía de John Waters, específicamente Pink Flamingos.
Estrenada en 1972, Pink Flamingos se enmarca en lo que la escritora Susan Sontag denomina "lo camp"; es una película lúdica y antiseria. Es una obra que sexualiza lo desagradable, glorifica lo abyecto, y sin embargo se hace de tal manera que se produce el humor debido a la exageración y la estética kitsch. Como si se tratara de un reto o una burla, Waters confecciona personajes que escupen, orinan, vomitan y defecan directamente a lo aparentemente normal. El cineasta se abalanza contra la religión, la familia, la sexualidad, la división de clases sociales, el glamour y la fama.
"Pink Flamingos estaba en un circuito sin fin en el Teatro Bijou en CalArts cuando yo era estudiante allí", dice Minkoff sobre la película clásica de John Waters. "Divine parecía un gran personaje, más grande que la vida, y parecía una idea divertida y peculiar tomar a Úrsula y tratarla más como una drag queen".
Ese boceto del personaje, que también se ha descrito como una "Matrona de Miami Beach", llamó la atención del productor y letrista Howard Ashman y llevó al personaje en una dirección totalmente nueva. Al igual que John Waters y Divine, Ashman era un hombre gay de Baltimore y, como escritor de Little Shop of Horrors, compartía una sensibilidad similar. Llegó a Disney luego de ese éxito en el teatro musical junto a su socio compositor Alan Menken, donde ayudaron a resucitar el departamento de animación del estudio.
El éxito de La Sirenita marcó el comienzo de una nueva ola de musicales animados de Disney, incluidos La Bella y la Bestia y Aladdin, en los que la pareja también trabajó hasta la muerte de Ashman en 1991.
Una vez que se anunció la versión en acción real en 2016, una facción de fanáticos quería ver a una drag queen como la nueva Úrsula. Marshall finalmente eligió a la actriz nominada al Oscar, Melissa McCarthy, señalando que la popular estrella de Bridesmaids y Ghostbusters tiene experiencia en el mundo del drag.
"Cuando me senté por primera vez con Melissa, lo primero que me dijo fue: 'Sabes que comencé siendo drag'", recuerda el también director En el bosque y El regreso de Mary Poppins. A principios de los 90, McCarthy actuó como una drag queen llamada Miss Y en varios lugares y eventos en Nueva York.
McCarthy confirma que también canalizó a Divine para su nueva versión de Úrsula. "Mi Divine interior siempre está conmigo", dice la también actriz de ¿Quién mató a los Puppets? y Las reinas del crimen. "Soy gran fan de John Waters. Sus películas estuvieron en bucle para mí durante toda la escuela secundaria y la universidad. Y siempre supe cuando vi la Úrsula original que estaba inspirada en Divine. Ese humor, ese autodesprecio. El homenaje a lo que amas y también burlarse de ello es lo que hace que el drag sea tan entretenido y fantástico".