Durante sus primeros años, en los que lanzó películas como Iron Man de Jon Favreau y Thor de Kenneth Branagh, Marvel dejó claro que no tenía miedo de despedir a los actores y contratar a otros para dar vida a sus personajes, pero las cosas se complicaron especialmente cuando llegó el momento de hacer Avengers: Age of Ultron de Joss Whedon. Tanto es así que Robert Downey Jr. tuvo que golpear la mesa para evitar que dos superestrellas fueran despedidas.
El motivo del conflicto fue el hecho de que Marvel no pagó muy bien a sus actores durante los primeros trabajos del estudio. Por ejemplo, una fuente reveló a Deadline que algunos de los protagonistas recibieron solo 200 mil dólares por sus papeles en The Avengers, mientras que Downey Jr. recibió una cantidad mucho mayor por su participación.
Los precedentes no parecían buenos para Downey Jr. al luchar por sus compañeros de equipo, ya que Terrence Howard lo había acusado años antes de tomar el dinero que se le destinaría en Iron Man 2 y luego dejarlo fuera del proyecto -su papel pasó a ser interpretado por Don Cheadle después de eso. Sin embargo, esta vez las cosas fueron diferentes.
Chris Hemsworth y Scarlett Johansson fueron los más agresivos con respecto a la amenaza de Marvel de despedir a los actores que no firmaran un nuevo contrato en los términos estipulados por el estudio. Por ejemplo, el equipo de Hemsworth argumentó que el actor ya había recibido cinco millones por Blancanieves y el cazador y no tenía problema en seguir trabajando con Universal si Marvel se negaba a ceder. Johansson, a su vez, dejó claro que no aceptaría de ninguna manera un salario más bajo y que en caso de no resolver, abandonaría el universo Marvel.
De esta manera, se cerró un acuerdo más atractivo para los actores, y el principal responsable fue Downey Jr., quien asumió una posición de hermano mayor de sus colegas. El equipo de negociación de los actores declaró para Deadline que el también protagonista de Sherlock Holmes fue "el único que tenía poder en esa situación; tiene bolas de acero. Envío el mensaje de manera contundente de que no va a trabajar en un lugar donde sus colegas son tratados como basura."
Al final, la situación se resolvió y los actores permanecieron en Marvel. De hecho, cuando hubo una disputa financiera de nuevo, fue con Disney, ya que Johansson no dudó en demandar al estudio por incumplimiento de contrato en relación con la estrategia del lanzamiento de Black Widow durante la pandemia. El amargo enfrentamiento se resolvió con un acuerdo extrajudicial, pero la actriz comentó poco después que era importante que alguien como ella abriera el camino para evitar este tipo de abuso.