Es un cuento tan antiguo como el tiempo. El horror está cautivando la taquilla. La más reciente historia de éxito en el género es Evil Dead: El despertar. Así que si eres un fanático de las películas empapadas de sangre con momentos inquietantes, despiadados y desgarradores, la película dirigida por Lee Cronin debería ser tu primera opción la próxima vez que acudas a Cinépolis o Cinemex.
En Evil Dead: El despertar, la joven Beth (Lily Sullivan) visita a su hermana mayor Ellie (Alyssa Sutherland), una madre soltera, en su destartalado apartamento en Los Ángeles. Después de un terremoto, se revela una bóveda de un banco subterráneo en el estacionamiento, que alberga nada menos que el Necronomicón. El hijo de Ellie, Danny (Morgan Davies), encuentra el libro y termina convocando al Demonio Kandarian, lo que desencadena una terrible experiencia en la que Ellie se convierte en una Deadite.
La quinta entrada cinematográfica en la franquicia Evil Dead ha traído de vuelta a los Deadites de una manera satisfactoriamente brutal que tanto el público como los críticos continúan alabando sus hazañas dos semanas después de su estreno. Producida por Sam Raimi, la película está muy cerca de cruzar los 100 millones en la taquilla mundial; por lo que en cualquier momento se dará luz verde a algunas de las ideas del cineasta irlandés para configurar futuras secuelas.
Cronin ha declarado que "nada en la pantalla sucedió por accidente". El también director de El bosque maldito elaboró una planificación meticulosa "con un grupo increíble de personas talentosas" para generar escenas tan tortuosas como la que incluye un rallador de queso o incluso algunos momentos perturbadores que quedaron fuera del corte final.
Los fanáticos de la franquicia han quedado satisfechos con el resultado final de un rodaje, en palabras de sus protagonistas, lleno de diversión pero que tuvo momentos complicados (por ejemplo, en el manejo de armas) o incluso repulsivos (como el que narra Sutherland cuando casi se ahoga en una de las escenas más asquerosas).