Este jueves 27 de abril, con toda la fuerza de su cosmos, Los Caballeros del Zodíaco: Saint Seiya - El inicio aterriza en las salas de Cinépolis y Cinemex. La película live-action se inspira en la popular serie animada de finales de los ochenta que narra la historia del obstinado Seiya (Mackenyu), un joven que, debido a su potencial guerrero, es reclutado por Alman Kido (Sean Bean) para convertirse en uno de los protectores de Sienna Kido (Madison Iseman), la reencarnación de Athena.
Tanto el manga original como las diversas adaptaciones audiovisuales, incluyendo la película Alma de oro y la serie El lienzo perdido, trazan una relación muy cercana entre Seiya, el caballero de Pegaso, como el fiel guardián de Saori Kido / Athena, pero ¿cuál es la verdadera relación que tenían estos dos personajes en la mitología griega que inspiraron a Masami Kurumada?
El primero de los vínculos entre estas dos figuras mitológicas se propicia a partir de la figura de Perseo (que ha sido interpretado en cine por Sam Worthington en la saga Furia de titanes). En una de sus misiones más importantes, el semidiós y héroe recibió una espada y un escudo de la diosa Atenea para derrotar a una de las más temidas Gorgonas conocida como Medusa. Cuando Perseo cortó la cabeza de Medusa, de las gotas de su sangre aparecieron repentinamente dos descendientes: Pegaso, un caballo alado, y Crisaor, un gigante.
Perseo luego se sirvió de Pegaso en su largo viaje de regreso a la isla de Serifos, donde rescató a Andrómeda. Sin embargo, el uso de Pegaso por parte de Perseo fue una interpretación del mito que ocurrió en Europa muchos cientos de años después de que se registraron las historias originales. Perseo, en los mitos griegos originales, no necesitaba usar a Pegaso, porque ya tenía en su poder las sandalias aladas del dios griego Hermes.
Hay una brecha en la mitología de Pegaso después del nacimiento del caballo alado, pero eventualmente Pegaso se encontró en el Monte Olimpo al cuidado de Atenea. Fue la diosa quien domó y entrenó a Pegaso para que los mortales pudieran montarlo. Pegaso fue alojado en los enormes establos del Monte Olimpo; de hecho, Zeus (el padre de Atenea) fue el dios que aprovechó al máximo a Pegaso. El caballo alado se convirtió en un portador de armas del dios del trueno.