A pesar de un rechazo inicial hacia Chris Pratt, Super Mario Bros: La película, la adaptación de la franquicia de videojuegos más popular del mundo, generó entusiasmo durante meses. Nintendo e Illumination seleccionaron de manera cuidadosa el talento y el carisma de las estrellas que prestan su voz (incluyendo a Jack Black, Anya Taylor-Joy y Seth Rogen) a los icónicos personajes.
Luego de romper varios récords en su primer fin de semana de exhibición, su exitosa segunda semana en la cartelera global sólo evidencia que el plomero italiano sigue encendido, dispuesto a seguir brillando. Estamos ante una película con piernas largas y gran alcance que no se desplomará tan rápido, a pesar de tener una trama simple y sencilla pero que ha cautivado a las audiencias (aunque no tanto a la crítica especializada).
Sin duda, hemos visto megaestrellas de taquilla en los últimos años, a pesar de la pandemia, especialmente de viejos confiables como Marvel Studios, que tuvo estrenos gigantescos con Spider-Man: Sin camino a casa y Doctor Strange en el multiverso de la locura. Sin embargo, ambas películas cayeron como piedras en su segundo fin de semana, cayendo un 67 y un 67,5 por ciento en su segunda semana, respectivamente. En ese momento, la sabiduría convencional entre la industria (o al menos sus equipos de relaciones públicas más persuasivos) sugirió que esta era la nueva normalidad posterior a COVID.
Esa nueva normalidad ha resultado ser cierta para Marvel hasta ahora. Sin embargo, el año pasado también vio a Top Gun: Maverick disfrutar de una carrera de 1.5 mil millones de dólares después de caer un absurdamente pequeño 28.9 por ciento en su segundo fin de semana. Se convirtió en la película del verano de 2022, sin embargo no fue la más importante del año. ¿Cómo podría ser cuando James Cameron finalmente lanzó Avatar: El camino del agua a finales de año?
Esto quiere decir que todavía hay grandes éxitos de taquilla en lo que llamamos los tiempos posteriores a la pandemia, y todo indica que Super Mario Bros (que continúa en las salas de Cinépolis y Cinemex) se sumará a ese exclusivo grupo. Además, el filme animado, mediante una fórmula sencilla y replicable, podría instaurar una nueva ruta para asegurar el triunfo.
Los videojuegos como el material predilecto de adaptación
Esta no es la única vez que una película de Mario estuvo a la vanguardia de una tendencia de género en Hollywood. En 1993, el Super Mario Bros de Bob Hoskins y John Leguizamo fue esencialmente la primera gran adaptación de un videojuego. La mediocridad de esa película también marcó el tono de lo que el público y los productores rápidamente llegaron a asociar con las adaptaciones de películas de videojuegos.
Treinta años después, Mario y Luigi parecen estar liderando el grupo de otro cambio de paradigma en el pensamiento de la industria. La transición quizás comenzó un poco antes con The Last of Us, la magnífica adaptación protagonizada por Pedro Pascal y Bella Ramsey. En este sentido, 2023 está demostrando ser el año en que los videojuegos se han convertido en el material predilecto, por encima de los cómics y las novelas gráficas, para trasladarlo a otro soporte, ya sea el cinematográfico o el televisivo.
El fanservice como estrategia necesaria para atraer al público
Mediante los easter-eggs, la presencia de los mini villanos secundarios o la inclusión de algunas bromas crueles dirigidas al público adulto, Super Mario Bros sabe cómo complacer a múltiples generaciones. Universal Pictures, Illumination y Nintendo comprendieron muy bien que para capturar al público necesitaban ser complacientes ofreciendo innumerables referencias y guiños al universo de los videojuegos. No se había visto este nivel de fanservice desde la Fase Tres de Marvel Studios, específicamente en Avengers: Infinity War y Avengers: Endgame.
Puede que sea una película con una trama un tanto hueca, pero sigue estando minuciosamente ansiosa por recordarles a adultos y niños por igual algo que probablemente siempre les ha encantado y que nunca antes habían visto presentado en la pantalla grande. Y ese podría ser el verdadero ingrediente que falta en muchos éxitos de taquilla de Hollywood en estos días: la novedad no está en la historia, sino en la forma de experimentar lo ya conocido.
El desgaste y cansancio de los superhéroes
En este momento es difícil medir si realmente existe "la fatiga del superhéroe" en el mercado actual. La secuela de Doctor Strange, Thor: Amor y trueno y Ant-Man and the Wasp: Quantumania no fueron desastrosas en términos de taquilla. No obstante, es imposible ignorar que la mayor parte de la producción de Marvel posterior a 2019 ha sufrido caídas debilitantes del 65 por ciento o más en la taquilla global en sus segundos fines de semana, y el único que superó los mil millones de dólares en todo el mundo ha sido Spider-Man: Sin camino a casa.
Por su parte, The Batman, que reinició el personaje del Caballero Oscuro con Robert Pattinson, tuvo un éxito saludable pero sin llegar a la fascinación, la popularidad y las ganancias que logró la trilogía de Christopher Nolan. Además, El escuadrón suicida, Black Adam y ¡Shazam! La furia de los dioses fracasaron en la taquilla. Aunque todavía no ha llegado a su punto más crítico, el cine de superhéroes está pasando por un período de sequía en el que por el simple hecho de tener esa etiqueta ya no es garantía de éxito.