10 años después de la última película, La noche del demonio: La puerta roja se dedicará a contar cómo Josh Lambert (Patrick Wilson) decide dejar volar a su hijo Dalton (Ty Simpkins) a la universidad, sin imaginar que los oscuros secretos de la familia están por revelarse todos en conjunto para enseñar a padre e hijo que es casi imposible librarse de esta maldición. Una obra maestra creada por Leigh Whannell, montada por James Wan y dirigida por el propio protagonista.
Lo interesante de la película está en dos partes: Wilson hace su debut en la silla del realizador pese a estar ajetreado con temas de El conjuro y Aquaman 2, ésta junto a Jason Momoa, y que los Lambert dejarán en claro que su apellido está maldito desde hace siglos y por fin revelarán quiénes son los demonios que suelen atormentarlos, incluido el malnacido del demonio de cara roja, quien hace su triunfal regreso.
De primera vista, el avance promete sacar muchos jump scares, y no nos hace nada de sorpresa que Wilson, Blumhouse y Sony Pictures hayan optado por un avance bastante tímido, sobre todo si tomamos en cuenta que últimamente los tráilers suelen mostrar toda la película, como sucedió recientemente con Super Mario Bros, la película, así que nos parece un acierto que la terne se haya visto bastante tibia si así lo quieren ver.
Lo emocionante, insistimos, es volver a ver a Red Face para cerrar el ciclo que comenzó al capturar a Dalton en Insidious, cuyo rescate fue ejecutado por su padre con ayuda de la medium Elise Rainer (Lin Shaye), quien está de regreso en un misterioso video que parece desentrañar todo lo que hay detrás de estas presencias demoníacas. Justo lo que necesitábamos de una saga como esta.
De hecho, varios de los fans de la saga celebran que respeten tanto a actores y canon de desarrollo en esta nueva entrega, cuya principal teoría es que el demonio de cara roja es alguna víctima perpetrada por los ancestros de los Lambert y cuyas razones de ataque por fin sabremos a mayor escala. La noche del demonio: La puerta roja estrenará en julio 7, de acuerdo con redes estadunidenses, quizá, seis en México.