Russell Crowe claramente se ha estado divirtiendo en los últimos años, haciéndolo de la mejor manera en todo tipo de proyectos. Primero tomó un rayo para interpretar al mismísimo Zeus en Thor: Amor y trueno para luego ser un pugilista a puño limpio en Prizefighter, pasando por un apostador multimillonario en Juego perfecto, un pintor del expresionismo abstracto en Rothko y un sacerdote que confronta al diablo en El exorcista del Papa.
La película de terror religioso, que ya puedes disfrutar en Cinépolis y Cinemex, está inspirada en los archivos del padre Gabriele Amorth, quien realizó y documentó miles de exorcismos a lo largo de su vida. El controvertido sacerdote, que es famoso por comenzar sus exorcismos burlándose del diablo, fundó la Asociación Internacional de Exorcistas aprobada por el Vaticano, una organización legítima compuesta por cientos de exorcistas en todo el mundo.
A principios de marzo pasado, la Asociación Internacional de Exorcistas expresó su preocupación sobre el rumbo de la película. Según el comunicado, "está filmada con un efecto de claroscuro de alto contraste que se ve en el cine negro. Esto le da a la película un efecto parecido a El código Da Vinci para infundir en el público la habitual duda: ¿quién es el verdadero enemigo? ¿El diablo o el poder eclesiástico?", manifestó el grupo de exorcistas.
Si bien los efectos especiales son "inevitables" en todas las películas sobre posesión demoníaca, "todo es exagerado, con manifestaciones físicas y verbales llamativas, típicas de las películas de terror", dijo la Asociación. "Esta forma de narrar la experiencia de Don Amorth como exorcista, además de ser contraria a la realidad histórica, distorsiona y falsea lo verdaderamente vivido y experimentado durante el exorcismo de los verdaderamente poseídos", puntualizó la organización que cuenta con más de 800 miembros exorcistas.
El padre Amorth, quien murió a los 91 años en 2016, dijo que realizó aproximadamente 100,000 exorcismos durante su vida. Fue quizás el exorcista más conocido del mundo y autor de muchos libros, incluido An Exorcist Tells His Story, una de las principales fuentes que inspiró al guionista Evan Spiliotopoulos y al director Julius Avery.
La Asociación Internacional de Exorcistas concluyó señalando que este tipo de representaciones provienen de una larga tradición, instaurada por William Friedkin en 1973 con El exorcista. Las películas de ficción hacen que el exorcismo se convierta en "un espectáculo destinado a inspirar emociones fuertes y enfermizas, gracias a una escenografía lúgubre, con efectos sonoros que sólo inspiran ansiedad, inquietud y miedo en el espectador".