La sabiduría de Salomón, la fuerza de Hércules, la resistencia de Atlas, el poder de Zeus, el coraje de Aquiles y la velocidad de Mercurio. Es un buen resumen de los poderes que Billy Batson (Asher Angel) obtiene cuando es elegido por el hechicero (Djimon Hounsou) para, en su versión heroica (Zachary Levi), combatir las fuerzas del mal, incluyendo al ambicioso Dr. Sivana (Mark Strong) durante la primera película de ¡Shazam! de David F. Sandberg.
En la secuela ¡Shazam! La furia de los dioses, que ya puedes ver en Cinépolis y Cinemex, Billy hace todo lo posible para que su familia permanezca unida protegiendo la ciudad de Filadelfia de las amenazas, incluyendo a las tres hijas de una antigua divinidad griega que están dispuestas a recuperar lo poderes que le pertenecen.
Para cumplir su objetivo, las antagonistas recurrirán a tres elementos primordiales que poseen una importante carga simbólica que a continuación revisamos.
El báculo de los dioses
Hespera (Helen Mirren), Calipso (Lucy Liu) y Anthea (Rachel Zegler) son las hijas de Atlas que llegan a la Tierra con la intención de recuperar el báculo. La poderosa herramienta contiene los poderes de los antiguos dioses griegos y era una reliquia que pertenecía al hechicero con la que podía otorgar el poder de los dioses a aquellos que consideraba dignos.
El báculo tiene la capacidad de generar electricidad emitiendo un rayo, en una clara referencia al atributo iconográfico del dios Zeus, fundador de la generación de los dioses olímpicos. Pero el báculo también es una forma de aludir al cetro, el símbolo de poder por excelencia que acompaña a las divinidades cuando están sentadas en el trono para proyectar su superioridad.
La manzana dorada
En la mitología griega, las Hespérides son las ninfas que deben cuidar el hermoso jardín donde crece el árbol de la vida cuyos frutos son las hermosas manzanas doradas que, en uno de sus 12 trabajos, Herácles logró robar. En la película, la joven Anthea menciona que de nada sirve plantar la manzana en el mundo de los humanos porque seguramente crecerá un árbol marchito. Esta postura de la más joven de la hija de Atlas hace referencia a la doble carga de las manzanas de las Hespérides.
Las manzanas son doradas cuando están resguardadas en el jardín de las hijas de Atlas, pero hay algunos relatos mitológicos en torno a cómo muchos desean esas manzanas doradas. Cuando las roban y sacan de su lugar original se convierten en las manzanas de la discordia. De hecho, la diosa que hace esto es Eris (la diosa de la envidia), por lo que el personaje de Lucy Liu (Calipso) está mucho más vinculado con esta divinidad.
La cúpula
En la tradición mitológica, Atlas es obligado a cargar de manera perpetua los cielos como un castigo impuesto por Zeus por liderar a los titanes en la batalla contra los dioses olímpicos. En las representaciones artísticas el titán aparece en una posición reconocida: de rodillas, cabizbajo, con la espalda arqueada y esforzándose por sostener el peso del mundo sobre sus hombros.
La cúpula sobre Filadelfia, instalada por las villanas cuando secuestran a Freddy (Jack Dylan Grazer), es un campo de fuerza que mantiene a la ciudad aislada sin la capacidad de salir y sin la posibilidad de recibir ayuda del exterior. Su forma semiesférica es un recordatorio de la enorme carga que lleva Atlas a sus espaldas; de algún modo, Hespera condena a la humanidad tal como Zeus condenó al titán.